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Montenegro y el mal momento de Berni, su camarada político

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¿Quién lo sostiene al ministro bonaerense? Sergio Berni juega con alguna bala de plata. De muy buen talante con el intendente Guillermo Montenegro, se han prodigado mutuamente elogios que no tienen directa relación con la inseguridad reinante en General Pueyrredon y en la Provincia de Buenos Aires. Una rara mixtura que tiene sus antecedentes.

Dos actores de la misma película que han elegido roles que no se perciben distintos. Desde hace más de una década la vienen bregando simultáneamente en CABA y en la Nación. Ambos coincidieron y quedaron buenas migas entre ellos. Que han reconocido de manera pública en nuestra ciudad.

Los casos que los han asociado tienen vínculos con la inseguridad en el deporte, el incendio de cinco autos de jugadores de Aldosivi en el propio predio del club y la seria lesión en un ojo de un jugador auriverde cuando circulaba con el resto del plantel en el colectivo que los transportaba formando parte de la delegación deportiva.

Un hincha de Lanús permaneció varias horas cabeza abajo atado y colgado de un poste de servicio público. Todos estos hechos ocurrieron a escasos metros del COM desde cuyo despacho vende humo el intendente, al que se le pierden precisamente los secretarios de Seguridad o aparecen en complicados expedientes judiciales, por recientes hechos en materia penal.

Pero ahí están los contribuyentes marplatenses, y de toda la provincia de Buenos Aires, sosteniendo a funcionarios que se halagan entre sí, mofándose sin tapujos y con evidente protección política, que en el caso de Montenegro se manifiesta desde la UCR que preside del Concejo Deliberante.

Desde la APREVIDE (Asociación de Prevención de la Violencia en el Deporte), no saben no contestan. Pero la política planifica algo que ya no será posible y sería prudente que ni lo intenten, como jugar encuentros oficiales con las dos parcialidades en un estadio.

A propósito podría darse próximamente un Aldosivi y Alvarado, será con público o pedirán jugarlos a estadio cerrado como ya pidió desesperadamente Hugo Moyano, que programen a Independiente de Avellaneda, previo a perder las elecciones por escándalo.

Montenegro y Berni han convivido ocupando distintas partes de la grieta, y no han ocultado que mantienen un respeto político y profesional que ha trascendido al ámbito político. Mar del Plata y la Provincia de Buenos no son una pantalla para que se luzcan.

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