Casales hizo un relato autorreferencial destacando su rol de líder en la toma de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Respecto a cómo se iba financiar la universidad privada sin arancel, dijo que era ¨un problema de los curas¨.
Destacó el trabajo de la Licenciada Maggi y también la fuerte relación del declarante con el obispado. Su declaración se caracterizó por grandes desniveles en la expresión de sus recuerdos.
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La declaración de Soarez tuvo un fuerte contenido político signado por una posición personalista según la cual el desarrollo de los hechos no fue más que la expresión de una lucha entre una fracción supuestamente comprometida con los intereses populares y otra, identificada con el imperialismo que pretendía enfatizar los privilegios de clase y oponerse a la construcción de una sociedad izquierdista.
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Sobre el asesinato del Dr. Piantoni, refirió que podía aseverar que no había sido ningún cuadro de Mar del Plata, y a preguntas del defensor de Gustavo Demarchi sobre si podían haber sido de Buenos Aires, respondió que eso no lo podía asegurar.
Asimismo, tanto Soarez como Casales, contaron que recibieron la orden de Gasparini, responsable de montoneros en esta zona, que todos los miembros de la organización buscaran lugares seguros porque se habían detectado vehículos que salieron de La Plata luego del asesinato del Dr. Piantoni.
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Por su parte, Cervera y Rafaldi, testimoniaron que siendo alumnos de arquitectura en 1971, participaron de la asamblea realizada el 6 de diciembre de ese año y que culminó con la muerte de Silvia Filler. Ambos hicieron un pormenorizado relato de los sucesos de la mencionada asamblea.
También contaron que siendo alumnos ayudantes en cátedras de la Facultad de Arquitectura, fueron cesanteados con el cambio de autoridades de la universidad en el año 1975.
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Por su parte, Susana Salerno, detalló su constante búsqueda de información sobre el asesinato de su novio Daniel Gasparri, participando en reuniones sociales con miembros de la CNU. Contó además que, asistió al velatorio de Carlos González en donde se sorprendió al encontrar que la viuda era Mirta Massid, 32 años después, según su relato, se reencontraron y Massid le dijo que su difunto marido había sido el asesino de Gasparri.
Al finalizar los testimonios, los declarantes fueron despedidos con aplausos por algunos de los asistentes en la sala queriendo convertir un acto judicial en un acto político.
The University HONOR CODE states that isuetdnts will not lie, cheat steal NOR TOLERATE THOSE WHO DO. Allegedly: – The university, upon discovering a dorm meth lab tried to mislead students by calling it a “mobile” meth lab when they knew, full well, that the news cameras were focusing on a car in the parking lot. Students had their lives in danger and the university was more concerned about how to “spin” the story? – A SUICIDAL student is taken out in cuffs and charged with criminal trespass. The university cites FERPA protection which does not protect criminal activity records as another method of “spin” control. What’s more important here, the IMAGE of the school or alerting students to dangerous activity and suicidal student(s) in a timely manner? The administration’s priorities are completely out of whack here. – Within days of this school papers with a headline detailing these events are systematically removed by individuals acting at their “own initiative.” A simple call to the Dean of Admissions gets 700 copies back onto the racks in short order. How did the Admissions Dean know EXACTLY who to call? Does the administration take us for idiots? Subsequent letters to the Board of Visitors indicate this to have been decades-long policy which we (as fools) are expected to believe has been an uncoordinated personal initiative. President Tribble, the academic community of Christopher Newport University does not lie, cheat or steal not TOLERATE those who do. In a few weeks, the university administration has allegedly lied, cheated, and stolen while allegedly covering up incidents that endangered students and have brought shame to the students, university, and it’s alumni. Consistent with the HONOR CODE, the only honorable action is for you to resign since we have no confidence in our administration and we have ALL TAKEN AN OATH THAT WE WILL NOT TOLERATE this. Until that time comes, I call upon students to toss our “honor” pennies on the walkway just before the fountain in support of the newspaper and in condemnation of an administration that puts itself above students and alumni. It is time to stop blaming others since, as my dear Grandma often reminded me of poor leadership, “A fish begins to rot from the head down.”