Otros 15 distritos del interior provincial ingresaron ayer en la emergencia y/o desastre agropecuario, llegando a 50 el número de municipios afectados por las inundaciones causadas por el exceso de lluvias en el centro, sudoeste y sudeste bonaerense.
La calificación forma parte de una evaluación que realiza el ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia, ante la afectación de las cosechas de los pequeños y medianos productores rurales, otorgando prórrogas y exenciones impositivas que funcionan como paliativos, ante la acuciante situación.
Los municipios que se declararon ayer son Lezama, San Cayetano, Adolfo Gonzales Chaves y Tres Arroyos, mientras que accedieron a la doble condición de “emergencia y/o desastre” son Cañuelas, Castelli, General Guido, Tapalqué, Bragado, Hipólito Yrigoyen, General La Madrid, Saladillo y parte de Carlos Casares, así como Azul y General Alvear.
Las lluvias se iniciaron pasado el verano, cuando muchos distritos del centro de la Provincia afrontaron emergencias por sequía. De un extremo al otro, de la ausencia de precipitaciones se pasó a la caída de mil milímetros, lo que se acostumbra en un año, en sólo seis meses.
La afectación de las producciones en las distintas zonas inundadas, va entre el 50% y el 100%, provocando pérdidas en las cosechas de la soja y maíz, que tienen una afectación tanto en la calidad como en el rinde, así como en la siembra de trigo, algo que en muchos casos sufrió una importante merma.
El agua drena, además, de un distrito a otro, afectando la zona de la Cuenca del Salado, así como los distritos del sudoeste y sudeste, donde el agua acumulada no alcanza a bajar cuando vuelve a llover.
Además de la agricultura, la situación complica a los productores ganaderos, cuyos animales se encuentran en época de parición, y las crías mueren ahogadas.
Otra de las complicaciones que trae aparejada la gran cantidad de agua acumulada es la del anegamiento de los caminos rurales, que impide la transitabilidad y el transporte de la producción, así como la propia salida de los campos de los productores.
Las declaraciones de emergencia y/o desastre se dan en el marco de la Comisión encargada de ese análisis en el ministerio de Asuntos Agrarios (Cedaba), de la que forman partes las entidades agropecuarias Carbap, Federación Agraria Argentina (FAA), Sociedad Rural y Coninagro.
AFECTADOS
La afectación de la producción de esta campaña por la inundación ronda entre el 50% y el 100%, según las regiones.
Como viene publicando EL DIA, las cosechas de soja y maíz aún no pudieron completarse en buena parte de las zonas inundadas, al tiempo que la siembra de trigo sufre grandes complicaciones, que se suman a la merma que ya sufría en la Provincia.
En el caso de Las Flores, el distrito fue uno de los primeros en afectarse por el avance del agua.
El presidente de la Sociedad Rural de ese distrito, Mariano Meliante, describió la situación como “desesperante”, y se quejó de la carga impositiva que sufre el sector, así como en la falta de obras en los niveles provincial y municipal.
“En febrero ya había comenzado a entrar agua en la zona sur de Las Flores sin que hubiera llovido, sino que el agua venía de Azul y Olavarría, algo que jamás había pasado. Después sí empezó la lluvia y ya no paró”, narró el productor como el inicio de lo que fue el avance incesante del agua en esa región.
Y en ese marco, indicó que las precipitaciones se iniciaron ya con caminos en mal estado y con alcantarillas que no están en condiciones, provocando aislamientos.
Las Flores había tenido este verano emergencia por sequía. “En todo enero y febrero no llovió, por eso se dio, para nuestro asombro, que zonas que estaban en sequía, de golpe se inundaran”, explicó el dirigente agropecuario.
El distrito cuenta con más de mil productores, repartidas en 330 mil hectáreas. En algunos de los lugares, el agua tapó el 30% de la superficie; en otros, la humedad del suelo no se va y, literalmente, “las vacas pisan y se hunden” y cada vez encuentran menos lugares donde comer.
El sector calcula que las pérdidas por las inundaciones en esa región alcanzarán entre un 35% y 40%. “Se ha podido levantar, pero fue mucho menos de lo que había, se ha levantado la parte de arriba, se cosechaba arriba del agua y si había 2 mil kilos, se cosechaba la mitad o lo que se podía”, explicó Meliante.
Y en ese contexto, se quejó: “La bronca de los productores es que en la última campaña salieron de Las Flores 47 millones de dólares en concepto de todo tipo de retenciones, y tenemos problemas en las escuelas agrarias, los campos se inundaron por un problema de alcantarillas, tenemos los caminos en malas condiciones, el hospital destruido, y el 80 por ciento de lo que producimos se nos va en impuestos”.
Meliante se quejó: “Necesitamos caminos para circular, pagamos la tasa de la red vial y el municipio no lo vuelca en su totalidad en eso”, y contó que “un productor de nuestra zona tiene 3 mil hectáreas bajo el agua porque hay alcantarillas rotas y el agua no puede circular. En este caso testigo, si el productor tenía alquilados esos campos, tenía pérdida”.
Si bien el productor admitió que la producción agropecuaria está sujeta a las inclemencias del tiempo, también reclamó que en el marco de las distintas cargas impositivas que tiene el sector, “el Estado debería mínimamente brindar la infraestructura y obras hidráulicas para que esto no suceda”.
Al respecto, indicó que gracias a los canales que se hicieron “mejoró mucho el caudal de agua respecto de hace diez años”, e indicó: “Si hubiera más canales el agua correría más rápido y no estaríamos esperando dos meses a que el suelo escurra”.
TRIGO
En el caso del trigo, el dirigente rural explicó que en esa región se sembró sólo el 10% de lo que se tenía pensado. “No hay espacio físico donde hacerlo por la humedad de la tierra”, contó.
La cuestión del cereal preocupa además porque en la Provincia, según cuenta, se está produciendo la mitad de lo que se producía en 2011, a causa del poco atractivo que ofrece su precio y el doble de trabajo que la soja.
El ministro de Asuntos Agrarios, Alejandro “Topo” Rodríguez señaló que si bien el año pasado la producción aumentó, aún es baja comparado con hace cuatro años.
En ese sentido, el funcionario habló de la necesidad de una “redefinición” de las retenciones al trigo, que pueda discriminarse por “región, tipo de actividad o producto y escala de productor”. Y señaló que sería beneficioso para la producción de ese cultivo disminuir las retenciones del 23 al 13%.
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