-Boletín-, Zonal

Un bombero balcarceño le salvó la vida a una nena de tres años

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Todo sucedió en el cuartel central de Bomberos Voluntarios de Lomas de Zamora. Tocando bocina, un auto se acercó hacia la entrada. Era una madre desesperada, con su hija de 3 años ahogada y sin reacción. Dos vecinos la habían auxiliado para trasladarla. Las cámaras de seguridad del destacamento registraron el momento en el que, uno de los bomberos voluntarios, se metió en el coche y agarró a la niña desvanecida en sus brazos. El inspector Ezequiel Ruiz –balcarceño-, junto a los bomberos Alan Peñalosa, Pablo Candia, Juan Manuel Yodice se encargaron de las tareas de reanimación. Los bomberos le ejecutaron la clásica maniobra de Heimlich, que suele usarse para expulsar pedazos de comida u objetos que le obstruyen la respiración en una persona. De su eficaz aplicación depende si la asfixia termina siendo, en cuestión de segundos, lo que puede definir o no a una asfixia mortal. “Se les realizaron las maniobras de reanimación y por suerte pudieron recuperarla enseguida. Por suerte ya está estable y con buen estado de salud”, contó al portal  Infobae Gustavo Liuzzi, jefe del destacamento de Bomberos Voluntarios de Lomas de Zamora.

Tras el ejercicio de reanimación, los rescatistas llamaron al 107 y la nena fue derivada rápidamente en ambulancia al hospital provincial Luisa C. de Gandulfo, donde esta tarde aún los estudios de rigor. La niña, por entonces, ya estaba compensada. Había sufrido unas convulsiones. En las redes sociales del municipio de Lomas de Zamora, los vecinos destacaron el profesionalismo y el sacrifico de los bomberos, y les agradecieron por el trabajo realizado.
“Los bomberos le salvaron la vida a mí hija Giullieta”, resumió la madre. El inspector Ruiz, uno de los protagonistas de la práctica de la reanimación, visitó varias veces a la niña durante la tarde. “Estaba inconsciente y tensa por la crisis post convulsiones. Fue una decisión de fracción de segundos de decidir si seguían hasta el hospital con el auto o bajarla. Ahí la bajamos del auto, tenía la boca llena de saliva. Cuando la bajamos, ya lo hacemos boca abajo con la maniobra de Heimlich, y en cuestión de segundos empieza a reaccionar. Solicitamos la ambulancia municipal y nos dedicamos a mantener la vía aérea permeable hasta que llegue”, relató.
Ruiz es oriundo de Balcarce y bombero voluntario desde hace 21 años en el destacamento de Lomas de Zamora. A pesar de su experiencia, confiesa que la adrenalina de un momento crítico semejante es difícil de resolver. “No deja de ser una decisión muy estresante. Es una nena, un menor, lo que tiene un plus al momento de tomar una determinación. Pero por suerte salió bien. Después uno puede hacer autocrítica y revisar cómo funcionan las maniobras, los protocolos y actualizarlos. Esto es fundamental para seguir mejorando el servicio”, apuntó.
“Esto no es habitual que pase, pero uno tiene que estar entrenado y formado. La capacitación es fundamental. Ahora hay mucha formación virtual, pero con pandemia o no, no podemos quedarnos en la cómoda de no seguir entrenando ni incorporando conocimiento”, completó.
Fuente: Infobae.

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