Un fiscal federal con despacho en Comodoro Py, hace pocos meses, reflexionaba en charla con mdphoy.com: “Mar del Plata es una ciudad con mucha violencia”. Se acaba de anular un juicio por el aberrante asesinato de Lucía Pérez, ocurrido en 2018. Hubo por lo menos dos casos de linchamiento público, ocurridos en el Barrio Fortunato De La Plaza. Los enfrentamientos, tras el asesinato de una joven de 15 años, entre bandas vecinas provocan conmoción en los Barrios Pampa y Santa Rita, donde se halla enclavada la comisaría de esa jurisdicción.
El puerto y barrios aledaños al mismo, fueron escenario del crimen de Claudia Repetto. Tras un mes de búsqueda, su cuerpo fue encontrado enterrado a pocos metros de la Ruta 11. Para ello fue necesario que vecinos atraparan al autor del hecho, que circulaba por la vía pública en barrios densamente poblados. Los vecinos a diario decían que lo observaban y extrañaba que la policía no lo detuviera. Finalmente, amigos de los hijos de la víctima, lo atraparon y lo entregaron a la policía un mes después del hecho. Previamente, la policía había rastrillado durante jornadas enteras en el mismo lugar donde el autor había cavado la fosa.
Mientras crecen los casos de inseguridad, los habitantes de la ciudad sino lo hicieron, piensan o se preparan para hacer uso de la defensa propia, con o sin armas ante el aumento de hechos en cualquier barrio, modalidad y horario. Consideran agotada la etapa de alarmas, cámaras de seguridad, custodia de agencias privadas, etc. El 23 de julio un jubilado en su domicilio abatió a un ladrón en el Azopardo al 3.300 en el Barrio Colinas de Peralta Ramos. El 18 de junio en Matheu al 2.900 en el Barrio Chauvin, un joven también enfrentó a delincuentes y tras un tiroteo, uno de éstos perdió la vida.
Fundado en noviembre de 2013, a través de la ordenanza 21.993, el CAMAED (Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito) tiene por finalidad la compilación y creación de registros delictuales, el análisis de datos y la elaboración de propuestas de acciones, medidas y planes de seguridad para todo el territorio del Partido de General Pueyrredon”. Sin embargo, nada se sabe al respecto. La Jefatura Departamental de policía no emite los partes diarios sobre los hechos de inseguridad. Se ha eliminado la información de los hechos delictivos a los medios de comunicación.
La cantidad e intensidad de los casos, se advierte ante la paralización de los responsables de un servicio público esencial. Paralización si se entiende por la misma que no hay resultados efectivos. Pero es peor. Mar del Plata es una ciudad liberada por decisión política de la Provincia y la Nación. Sergio Berni en período de aislamiento por Covid 19, demuestra ser más mediático que efectivo. Precisamente sobre Berni recae la máxima responsabilidad de la desaparición de Facundo Castro y ya piden su renuncia.
El ministro de Seguridad responde únicamente a CFK, es un satélite de Axel Kicillof, y por esa razón es motivo de reuniones entre el gobernador y el presidente de la Nación y el presidente de la Nación, por qué no saben qué hacer con él y utiliza su función en medio de una pandemia para su lanzamiento político, apoyado por la vice de la Nación. En el medio aparece un enfrentamiento de Berni con la ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic. Un contexto sucio y tóxico para la democracia y la República.
Es evidente que entre la Municipalidad de General Pueyrredon, la Provincia y la Nación hay gestiones en torno a la ola de inseguridad que padece Mar del Plata. Las mismas aparecen subterráneas, hasta que implosionan a través de trascendidos o comunicaciones oficiales que caen como proyectiles en el órgano político deliberativo. Nadie tuvo en cuenta lo que se conoció como el “Operativo Sol al revés”, y se tradujo como el envío de agentes policiales bonaerenses desde el interior de la Provincia al Gran Buenos Aires. Fue ordenado por Berni para reforzar la seguridad en el Gran Buenos Aires, donde el desborde parece incontenible, como en el caso de Quilmes.
Morosamente en el Concejo Deliberante los marplatenses, digamos que oficialmente, toman conocimiento que están indefensos. La respuesta del secretario de Seguridad de la Nación Eduardo Villalba, debe tomarse como un exabrupto o también como una provocación. La gente está reclamando seguridad y el funcionario nacional dice que no hay efectivos, que “no se pueden pasar la vida pidiendo”, evadiendo su deber y se despegó totalmente de los pedidos del intendente Guillermo Montenegro.
En este contexto, si habla Oroquieta lo hace en nombre del intendente municipal, y si lo hace Villalba lo hace en conocimiento de Frederic y del presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Transparentando la descripción, la policía bonaerense con asiento en General Pueyrredon no sólo es insuficiente. Se recurre a la policía federal, prefectura o gendarmería y tampoco hay respuestas. Ergo la ciudad esta vaciada de fuerzas de seguridad, la han vaciado !!! y ha quedado liberada a expensa de la delincuencia común que prolifera en estos procesos. Si aún así fuera poco se dispusieron libertades de condenados que no habían cumplido con su pena privados de su libertad. Hubo casos de reincidencia en los hechos de violencia extrema como citamos más arriba.
En este agobio hay que asistir además sobre temas de competencia por los cuales lidian y se “fatigan” los fiscales generales Daniel Adler y Fabián Fernández Garello, escapándole a la jeringa en medio de sus responsabilidades en plena pandemia. Todo este combo en el cual están involucrados todos estos protagonistas, responde exclusivamente a razones políticas. Es un plan que sólo puede ejecutarse desde el uso del poder político.
Según trascendió, antes de la cuarentena se detenían, en promedio, entre 7 y 10 personas por día en Mar del Plata. El número bajó drásticamente durante los primeros tiempos de la cuarentena, pero con la flexibilización de la misma y las actividades que se fueron habilitando en la ciudad, los delitos se fueron incrementando: ya se están deteniendo 15 personas por día, cuyos principales delitos son el robo y el hurto. Además, el narcotráfico nuevamente está retomando impulso. Ya en 2014, el Fiscal Fernández Garello habló de la “conurbanización” de Mar del Plata.
No son ajenas a este tratamiento, las andanzas del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, y el concejal Ariel Ciano (como secretario de Gobierno del mandato del ex intendente Pulti), entre ambos dispusieron y repartieron $ 28.600.000.- (valores de 2014) para equipamiento policial, hospedaje en Chapadmalal para efectivos federales y contrataciones que giraron bajo la sospecha de la corrupción. Les pagaban algo más que el café con leche a un concesionario de las Unidades Turísticas de Chapadmalal.
También la contratación de la instalación de cámaras de seguridad a Global View, (Telefónica se retiró de la licitación) fue un traje a medida para una empresa subsidiaria de Mario Montoto, en conexión con el gobernador Daniel Scioli para abastecer a municipalidades de la provincia de Buenos Aires, durante sus mandatos ocurridos entre 2007 – 2015.
Hoy Mar del Plata está a expensas de un circuito que oxigena esta política, que paulatinamente está arrodillando a sus habitantes y ubicándola cada vez más lejos del servicio de seguridad y también de justicia.
Jorge Elías Gómez