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River Rey de América: el colorido festejo en la ciudad

10382148_10205103768772408_433702310227917674_nGritos por doquier, hinchas enloquecidos, desplegando sus banderas bajo la lluvia en el monumento a San Martín, lo más parecido a las lágrimas de los que ya no están, de nuestros abuelos fanáticos que vivían con la radio pegada al oído escuchando a relatores legendarios como Fioravanti o Muñoz…una caricia al alma que en estos tiempos no viene nada mal, con un país dividido y devastado, que ni por casualidad nos arranca una sonrisa.

Allá están esos locos por la banda sangre que recorre los cuerpos de los hinchas, esos que para entenderlos primero hay que ponerse en su lugar. Las familias con los más chicos, las madres con los ojos brillosos, hasta un cura en los festejos, ¿y éste de donde salió? se preguntaban algunos. La locura desatada después de 19 años, donde pasó de todo, con más tristezas que alegrías, pero esto es así el destino quiso que un tal Alario conecte de cabeza un gol que le permitiera a los fanáticos descargarse, dejar parte de nuestro ser en ese grito, olvidarse de las frustraciones diarias de un país empobrecido, solo por un momento. Después llegaron dos más como si fuera poco en una noche llena de recuerdos y para algunos, tal vez la mejor de sus vidas.

El ruido de las bocinas es ensordecedor y ni el aguacero calma a los cientos de corazones que a puro grito se acuerdan del rival de siempre: Boca, del “Panadero” Napolitano, de Osvaldo y su affaire con chicas del mal vivir, inclusive es tanta la pasión que hasta ligó Tévez un cántico contra su persona.

Todo fue una fiesta, la fiel escena de una película armada por Fellini, con el festejo ideal, el marco justo, y las bengalas aportando ese color incomparable.

Por su parte los más chicos llegaban de la mano de sus padres, vestidos de gala con diferentes tipos de camisetas de todos los tiempos. Un festejo parecido a un volcán en erupción o tal vez a un orgasmo con la mujer de tus sueños, imagínensela, no me metan en ese brete…

River Plate campeón de la Copa Libertadores, ya es la tercera, y encima en una semana juega la próxima en Japón y en solo días con torneo de por medio comienza a defender la Sudamericana y en diciembre vuelve a Japón para enfrentar tal vez al súper Barcelona. Ahora sí que éste presente se asemeja más a la historia del más grande, nos estábamos preocupando, pero el tiempo acomoda todo y éste es justamente aquel lugar donde queremos estar.

Gastón Boy

Foto: Marcelo Méndez

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