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Quilmes aprovechó las ausencias de Peñarol y se quedó con el superclásico

lnb-baxleyQuilmes cortó una seguidilla de tres derrotas en clásicos y tras jugar un partido de gran despliegue venció a Peñarol por 76-68. El Cervecero llegó a ganar por dieciocho unidades, pero en el último cuarto sufrió el empuje de Konsztadt y tuvo un final apretado. Pese a que su diferencia llegó a ser recortada a cinco tantos, los de Leandro Ramella terminaron llevando un partido clave en la lucha por escalar lugares en el Sur.

Quilmes arrancó mejor el clásico. De la mano de una buena defensa y con un Baxley muy activo, el Cervecero se adelantó 6-1 y tomó la primera pequeña ventaja del encuentro. Peñarol estuvo un tanto nublado, tardó en llegar al partido pero encontró en Giorgetti una buena arma en ambos aros. El chaqueño tomó rebotes, tuvo presencia en la zona interior y se animó a convertir unos puntos.

De a poco Peñarol empezó a equilibrar la balanza y Quilmes tomó malas decisiones en ataque, a veces abusando del traslado de Baxley y cometiendo algunos errores en la pintura, donde Peñarol fue mejorando paulatinamente. El Milrayitas lo emparejó, tuvo el debut de Osimani restando poco más de tres minutos y sumó tantos con Leiva y Diez para irse 14-13 al finalizar el primer episodio.

Diez abrió el siguiente capítulo con un bombazo, aunque Quilmes recuperó terreno de la mano de Baxley y el pibe Vildoza (19-19). El trámite pasó a ser mucho más ajustado, pero cada vez que uno de los dos pudo despegarse levemente fue en favor a los de Rivero (25-19 de la mano de otro triple de Fernández). Con el paso de los minutos, el que tomó un poco de diferencia para su lado fue Quilmes, con un lanzamiento externo de Clark a 45° y una bandeja de Romero: 32-29 a falta de tres minutos.

Aquel triple de Clark fue el inicio de un sprint tremendo del Cervecero. Con el extranjero brillando y atravesando un gran momento, Clark sacó diez puntos de la galera y Quilmes defendió con uñas y dientes, metiendo un pequeño parcial de 11-2 para escaparse a un claro 43-31. Los de Ramella tuvieron un cierre genial, aceleraron y superaron a un Peñarol muy desordenado. El ala pivote foráneo y Cequeira fueron grandes protagonistas de aquel despegue.

El tercer capítulo comenzó con un juego mucho más ineficaz. El ritmo siguió siendo el mismo, pero en este caso ambos equipos se caracterizaron por una buena defensa. De a poco, Leiva fue adquiriendo protagonismo y mantuvo a Peñarol con ventaja de diez unidades (49-39), dándole cierta esperanza al Milrayitas para darlo vuelta.

No obstante, el aporte de Maciel y Baxley permitió que Quilmes se vaya disparando. El Cervecero contó con buenos pasajes de Clark y Baxley, más intensos e interesantes aportes de Gallizzi y Cequeira. En un abrir y cerrar de ojos, el Tricolor pasó a un mucho más imponente 57-39, eclipsando a un Peñarol apagado y sin respuestas. El tercer cuarto fue dominado por un Quilmes autoritario, dañando en todos los sectores y arribando al último episodio con una brecha de 18 puntos: 63-45 y sobreviviendo sin Cequeira (con un corte) y Baxley (golpeado).

El desconcierto de Peñarol continuó y los de Rivero solamente encontraron respuestas en un Konsztadt muy incisivo a la hora de atacar. El base finalizó jugadas productivas, penetrando y convirtiendo bandejas ante los gigantes rivales, pero su aporte no era lo suficientemente efectivo para ponerle peligro a un Quilmes con gran confianza.

Los de Ramella perdieron peso en ataque, mucho más con la salida de Baxley después de acusar un nuevo golpe (Cequeira ya había reingresado). Así, poco a poco Konsztadt fue metiendo a Peñarol en partido, mucho más por las incomodidades y el nerviosismo de Quilmes (cargado de foules). El Milrayitas regresó al partido gracias al ex Obras, y su sprint permitió recortar la brecha a 65-55.

El encuentro cambió su panorama y tuvo unos últimos cuatro minutos dramáticos. El desconcierto pasó a ser de Quilmes y Peñarol lo aprovechó, liderado por un Konsztadt inmenso que amenazaba con torcer la historia. Los de Rivero recortaron a cinco unidades (69-64), pero luego tuvieron una seguidilla imprecisa desde los libres y Quilmes volvió a distanciarse de a poco, sacando nuevamente diez: 74-64 a menos de un minuto.

Con la balanza ya inclinada en favor de Quilmes, el Cervecero supo aguantar la diferencia y en el último minuto no hubo grandes variaciones en el score. Fue 76-68 final, Quilmes cortó su mala racha en los clásicos y volvió a ganarle a Peñarol después de tres derrotas consecutivas (la ocasión anterior en la que ganó fue en el cruce debut de temporada).

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