Ciudad, Política

Quién quiere oír que oiga; los porteños lo hicieron

La mofa patotera permanente de Aníbal Fernández, descrédito constante, ninguneo y una ignorancia permanente hacia el GCBA, encabezada por la propia presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner. Todo un gabinete nacional operando, en una acción que esmerilaba al jefe de gobierno porteño. Una sistemática campaña de negación, con la apelación a una metodología de confrontación innecesaria, el recurso de la descalificación hacia el candidato oficialista, a quien  dispararon hasta con el manual de los prontuarios, e incluían a los negocios del padre con negocios con el Estado Nacional, se incluían en la serie de denuestos.

No fue sólo la corrupción instalada, la inflación maquillada, la inseguridad que sufren los habitantes de la Capital Federal de los argentinos, el aumento de la pobreza, de la miseria en sus calles, el crecimiento de las villas miserias, no fueron los subsidios que son utilizados como mano de obra política. Cuando se levantan las ventanas, de los despachos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se observan la Casa Rosada, todos los ministerios de la Nación, la AFIP y hasta el Servicio de Inteligencia del Estado. Tampoco fueron las encuestas que encargó el gobierno, y que sólo daban 6 % de diferencia, como en las estadísticas del INDEC

¿Cómo es convivir con el kirchnerismo, bajo el mismo techo? Con tanto o más poder, a pesar de la cuestión de jurisdicción, quizás sea una tarea insalubre, ir a trabajar todos los días pensando ¿que nos irá a pasar hoy? Te carga y predispone a la inversa, es cómo empezar con una mochila de plomo la jornada de trabajo.

Fue difícil de explicar algo muy grave,  que el gobierno porteño no tenía una patrulla de exterminio de las personas en situación de calle. Había que levantar “ese muerto” que le tiró a los pies toda la prensa, que tiene a su servicio y que subsidia el Estado Argentino, con publicidad oficial, compuesta por varios diarios impresos, páginas digitales, radios y la televisión pública, no de medios de comunicación independientes y privados.

Un puñado de votos dejaron el 31 de julio para una ratificación electoral, una segunda exposición y prueba de fuego para contar palmariamente todos los porotos, para uno y otro candidato. No serán campañas rodeadas del mismo estado de ánimo. No es lo mismo el optimismo que el pesimismo, para vincularse con la gente, con un electorado que un 73 % votó contra el proyecto nacional y popular. Ahora ya todo es cartón pintado.

En la última semana dos puestas en escena, fueron golpes bajos, al filo del reglamento. La doctora Nilda Garré, la ministra de Seguridad militarizó la zona Sur de la Capital Federal, la toma de los colegios de la jurisdicción del GCBA, fue claramente una acción política armada desde la oposición, las razones tenían un soporte ideológico, cargado de intencionalidad, que coincidía con las horas de reflexión en la decisión del voto.

En este escenario, carente del respaldo de avales internacionales, que no permitieron el acceso al crédito internacional, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encaró una elección en desigualdad de condiciones, que están en las reglas del juego de la política, pero no en la de la gente que observa y esperó el momento de expresarse en el cuarto oscuro.

El ingeniero Mauricio Macri fue entrevistado por mdphoy.com en el Hotel de la UTGHRA, la evaluación fue “es distinto”, no habla de la derecha política sino de aprovechar a favor de la gente, las condiciones internacionales más excepcionales de la historia desde 1810. Pero dejó otro dato clave, excluyente, se bajó de su candidatura y ofreció su gestión en pos de la unidad para enfrentar el kirchnerismo, adelantó la fecha de las elecciones y postergó su aspiración personal, mientras que todos los demás potenciales candidatos, siguieron en la lectura corta, de preservarse y no ir por los verdaderos valores de la República.

Como se mantuvo Macri casi indemne, hasta alcanzar los resultados de ayer. Se comunicó acertadamente con el habitante porteño, a través de una agenda de gobierno de acciones positivas, de mejorar las condiciones reales de calidad de vida, no lo invadió el espíritu de confrontación, mientras le decían que se ponga a trabajar, que no sea holgazán y que cumpla con sus promesas de gobierno. Ayer a Macri lo juzgó un tribunal popular anónimo individualmente, pero colectivo en su pronunciamiento, casi gana en primera vuelta.

Hubo un mensaje que claramente se transmitió acertadamente. Hubo una pseudo nacionalización de la campaña, pero no cargó las tintas sobre ella, fue innecesario, toda la población captó que la inflación, la inseguridad, la corrupción y el aumento de la pobreza, se aprecian en un contexto de macro economía favorable para el país. Este modelo de gobierno, quiere y necesita tanto de los pobres y excluidos, que cada vez hay más, y se observa en la calle, con la gente a la cual le cuesta día a día más comer, vestirse y curarse.

Macri tránsito cuatro de años de gestión, modificando el sentido de tramos de las grandes avenidas de la Capital Federal, haciendo carriles exclusivos, para transporte público, cambió recorrido de líneas de colectivos, convirtió en calles peatonales en el micro centro, recreó playas de mar en plazas públicas con arena y piletas, hubo una destacada gestión de cultura a cargo de Hernán Lombardi, creó una policía paralela a la Federal y buscó los vericuetos que lo condujeron a quedar sólo a 2 puntos y pico de ser consagrado en primera vuelta.

Tuvo que aguantar todos los piquetes y manifestaciones posibles, camioneros del CEAMSE, de puesteros del Mercado Central, de recolectores de basura, de volquetes, ocupaciones de viviendas construidas con planes sociales, en una palabra le hicieron la vida imposible, para desbancarlo de su gobierno. Macri no se entregó, resistió con inteligencia y astucia, ayer el electorado entendió que mereció este resultado plebiscitario entre 14 candidatos, que exhibieron toda la oferta política existente en el mercado. Los porteños fundamentalmente le dijeron no al engaño. ¿Por qué es importante? Por qué en esos 2.500.000 de ciudadanos, posiblemente se encuentre el tipo de argentinos que más vive, razona y comprende la política, conviviendo con los dos modelos. Que el ejemplo cunda.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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