Axel Kicillof es un fenómeno, sería una calificación aproximada si su gestión no presentara claras deficiencias en seguridad y salud, sólo por citar dos ejemplos. Tales prestaciones continúan como en su primer mandato: Mal. Berni dejó la provincia de rodillas y disfruta de su vida legislativa. Quién lo sucedió no evidencia grandes cambios, la inseguridad está en cada punto del territorio bonaerense con capítulos resonantes y múltiples orígenes.
En Salud mantiene un interminable conflicto con IOMA la obra social de los empleados públicos bonaerenses. Ayer un paro de anestesistas paralizó las intervenciones quirúrgicas en todos los hospitales públicos que dependen el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
Las protestas por IOMA ya pronto pueden llegar a la Corte de La Haya y tener esa obra social hoy es un certificado de pobreza.
Pero las urnas arrojaron un resultado lapidario que obedece a distintos factores, uno de ellos es que el electorado no compró ni a Grindetti ni a Píparo. Fue evidente, el reelecto gobernador llegó a los 45 puntos porcentuales, mientras que JxC y LLA totalizaron sumados el 51 %.
Cuál es la explicación que sin un exhaustivo rigor de análisis surge naturalmente. La aplicación de la cuenta DNI del Banco de la Provincia de Buenos Aires, que libra una batalla que ha universalizado las compras con descuentos de los principales insumos de la canasta de alimentación.
Tal vez por eso la oposición, integrada por las facciones que integran Maximiliano Abad a través de Diego Garciarena en la Cámara de Diputados de la Provincia y de Alejandro Rabinovich del PRO, senador por la Quinta Sección Electoral aún con residencia fijada en Palermo Soho, votaron entre otros, un endeudamiento de US$ 1.800.000.000.- que permite a la gobernación oxigenar arcas acostumbradas a la gimnasia del gasto público.
Pero hay regalías, el gobernador Kicillof permitió el giro en descubierto de $ 4.200.000.000.- para pagar sueldos al intendente Montenegro, quien a su vez implantará un inédito impuesto a la carga de combustibles en todo el Partido de General Pueyrredon, que pagará cualquier persona del mundo que se acerque a un surtidor marplatense.
Por qué la cuenta DNI es tan poderosa como herramienta electoral, porque subsidia los alimentos de la canasta familiar con sus descuentos en carnicerías y verdulerías, sábados y domingo. Y los plástico del BPBA a través de la cuenta DNI son acumulativos en la familia, con lo cual sólo un matrimonio, o dos hermanos y/o una pareja pueden absorber el 80 % de su compra, según los límites de reembolso vía sistema bancario.
Quienes tienen el pan y la leche asegurados a través del subsidio, hoy tienen casi garantizado el bien esencial de la alimentación que barre un gran porcentaje de los ingresos familiares. Es un plan platita II más pautado que los créditos de la ANSES, pero aún sin intereses. Es un armado un poco más ingenioso y menos vulnerable a la oposición política, quién puede oponerse a que la población se alimente. Es difícil entrarle por ahí por más Milei y LLA avanza que haya. Para ratificarlo: “cuando hay hambre no hay pan duro”. Para que sea más elocuente todavía
Kicillof no tiene reelección y ya casi ni se presume que no sea el candidato presidencial del PJ en 2027, claro que en este “íspa” y en política hablar de cuatro años es sinónimo de una eternidad. Pero son las cartas que hay sobre la mesa. Hoy la cuenta DNI constituye la tabla de salvación para millones de familias bonaerenses.
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