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En casa manda papá: Peñarol defendió mejor y se quedó con un nuevo Superclásico

escaxzCon gran aporte del banco, Peñarol de Mar del Plata derrotó a Quilmes 88-74. El goleador Milrayitas fue Boccia con 18 puntos, Sahdi y Massarelli sumaron 16 y 11 respectivamente. Baxley fue el máximo anotador de la noche con 28.

En otro clásico muy parejo, la efectividad desde el perímetro y el gran aporte de los relevos con 50 puntos, le dieron a Peñarol un nuevo triunfo en el clásico sobre Quilmes, está vez por 14 puntos, 88-74. Los goleadores en el “Milrayita” fueron Adrián Boccia (18), Fabián Sahdi (16) y Luciano Massarelli (11); en tanto en el “Tricolor” no alcanzaron los 28 de Walter Baxley y los 17 de Luis Cequeira.

El inicio del juego mostro a ambos equipos defendiendo en hombre, imponiéndose por sobre las ofensivas, generando así que el goleo sea muy bajo y parejo, en esa dinámica fue el “Tricolor” gracias a la muy buena tarea de Clark y de Gallizi en defensa y a la correcta conducción de Cequeira y el aporte goleador de Baxley, ante un Peñarol que tenía muy nervioso a Martín Leiva sumando dos faltas personales, rozando la tercera cuando al irse al banco le dice algo al juez Fernández, quien en primera medida le baja la técnica, pero que después se rectifica, “perdonándole” el exceso al bajársela al banco de suplentes. Tras esa acción el “milrayita” mejoró con el ingreso de Gabriel Fernández y la nueva incorporación Giddens, pasando al frente en el marcador. Sin embargo, Quilmes estuvo efectivo desde la línea y sobre la chicharra un triple de Vildoza le permitió quedarse con el primer chico por la miníma, 17-18.

Los de Rivero tuvieron un mejor arranque en el segundo parcial en defensa, complicando a su rival, que parecía depender en exceso de lo que hacía Walter Baxley, que le costaba doblegar la marca de Boccia, así las cosas Peñarol comenzó a despegarse en el marcador, en un juego que si bien era parejo y con errores por ambos lados, el “milrayitas” encontró distintas vías de gol, sobre todo desde el banco de suplentes que aportaron 18 puntos en esa primera mitad, que quedaba en poder de Peñarol por diez puntos, 42-32. La buena noticia para Quilmes fue el ingreso de Lucas Ortiz que sumó 6 unidades gracias a dos triples.

Los de Ramella fueron quienes ajustaron la defensa tras el descanso largo, mientras que en ataque al fin halló la fluidez necesaria para acortar la diferencia hasta ponerse a cuatro puntos, 45-41, con una positiva aparición de Clark y Cequeira, para acompañar a Baxley. Así las cosas el juego creció en emotividad, transformándose en un ida y vuelta muy distinto a lo sucedido en los primeros veinte minutos, manteniéndose la renta a favor de Peñarol en el margen de los 4 y 6 unidades, para entrar al cuarto de la verdad con los de Rivero arriba por cinco puntos, 62-57.

Un triple de Massarelli y otro de Gabriel Fernández le devolvieron la ventaja de 11 (68-57), cuando tan solo se habían jugado dos minutos del último parcial, ante un Quilmes que no podía hacer pie, cargándose de faltas en defensa (Cequeira, Clark, Gallizi y Vildoza con cuatro), mientras que en ataque volvía a depender de lo que podía hacer el americano, sin encontrar las variantes que le permitieron acortar la distancia en el parcial anterior.

Peñarol controlaba la nueva diferencia a base de triples, acaso su arma predilecta, apareciendo dos bombas de Fabián Sahdi y los puntos de Luciano Massarelli, que comenzaban a cerrar la historia a favor del actual campeón de la liga, que seguía castigando el apresuramiento de su rival, que insistía sin resultados en responder desde el perímetro, llevándose así el tercer clásico de la temporada por 14 puntos, 88-74.

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Foto: Demián Schleider

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