Básquet, Deportes

Peñarol cerró con un triunfo su participación en la Liga Sudamericana

E4B4900D9D764CE0B640016537746DBALeo Gutiérrez volvió a ser importante en los marplatenses.

Lo cerró con un triunfo que le brinda algo de tranquilidad. Por la lucidez a la hora de defender. Por lo prolijo a la hora de atacar. Y sobre todo porque fue un equipo dentro del rectángulo montevideano. No le alcanzó para sacar los 44 de luz que necesitaba para avanzar de ronda y formar parte del Final Four de Sudamérica. Sin embargo jugó para construir. Se olvidó de Campazzo. Derrotó al bravo Argentinos de Junín, y ahora piensa en Estudiantes de Bahía por liga domestica.

Los foráneos Tony Miles y Marcus Melvin lideraron el tanteador para los juninenses que no fallaron los primeros tiros y se escaparon en el marcador con una efectividad envidiable.

El encuentro se tornó de ida y vuelta, con tiempo y espacio para correr hacia el canasto, y defensas abiertas que permitieron que el juego se torne entretenido y con goleo alto.

Sin embargo en el ataque los orientados por Rivero no solo estuvieron más certeros a la hora de lanzar sino que dispusieron de mayor concentración y prolijidad. No fue la ofensiva sucia al que nos acostumbró en las últimas presentaciones con miradas desafiantes entre los protagonistas.

Debido a esa tranquilidad en el ataque el “Milrayitas” comenzó a liderar no solo las acciones del cotejo sino también el tanteador. No era amplia la ventaja pero siempre dominada por los marplatenses por 7 puntos de luz.

Obviamente Peñarol estaba obligado a ganar por 44 y esperar al próximo encuentro entre Aguada y Uniceub, para saber si clasificaba al Final Four. Por su parte el “Turco” de Junín debía ganar para no depender de otros resultados y de esa manera hacer historia en a nivel sudamericano.

Los 30 grados de Montevideo mermaron las acciones y el goleo de ambos que dejaron de correr con ese andar vertiginoso propuesto desde el inicio y se dedicaron a ser más precisos a la hora de anotar.

Con estabilidad en defensa de la mano de Martín Leiva, más el aporte de Boccia y Gutierréz, “La Peña” nunca perdió la concentración más allá de los bombazos desde 7 metros por parte de Melvin y Saglietti.

Una técnica al banco marplatense más un par de triplazos del moreno Melvin, acercaron a los de Junín. Pero la figura de Leo Gutiérrez resurgió y por más que el trámite era parejo siempre el tanteador lo manejo el “Milrayas”.

El cuarto final fue de los más equilibrado del juego. En ningún momento peligró la diferencia a favor de los marplatenses que no sacaron la ventaja que les permitiera soñar con la final, pero de todas maneras se quedaron con el cotejo por 74 a 64, demostrando estar a la altura de las circunstancias. Con una ofensiva ordenada, confiando en el goleo de Adrián Boccia, y el aporte grupal por sobre el individual, que por momentos hizo olvidar a Campazzo, y sobre todo a sus fallidas presentaciones.

 

 

 

 

 

 

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