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Murió Horacio Accavallo, el cartonero que se puso los guantes y se convirtió en leyenda del boxeo argentino

El boxeo argentino llora a Horacio Accavallo. El ex campeón mundial mosca de la AMB nacido en el popular barrio de Villa Diamante, Lanús, el 14 de octubre de 1934, murió este miércoles a los 87 años. Fue el segundo púgil argentino en alcanzar la máxima conquista después de Pascual Pérez (también mosca).

Accavallo llegó al mundo en el seno de una familia humilde: su padre se ganaba la vida juntando cartones y trapos en los basurales de Villa Soldati.

El boxeo era su destino. Comenzó su práctica en la década del 50 y como púgil aficionado realizó una destacada y extensa campaña, exigencia de aquellos tiempos para ingresar al mundo rentado de los puños.

Hizo su primera pelea como profesional el 21 de septiembre de 1956 en la Capital Federal cuando derrotó por nocaut técnico en cinco vueltas a Emilio Ávila. Fue campeón del mundo a los 32 años en Tokio, donde conoció la gloria.

El 11 de octubre de 1968, Accavallo, después de una sesión de entrenamiento en el gimnasio del Luna Park, se dirigió a la oficina de Juan Carlos “Tito” Lectoure para comunicarle su retiro de la actividad porque el cuerpo “ya no respondí­a”.

Esa fue una decisión inesperada, ejemplar y entendible de un púgil que era consciente de su realidad, después de defender con éxito la corona en tres oportunidades: ante el japonés Hiroyuki Ebihara (dos veces) y el mexicano José “Alacrán” Torres.

En el terreno profesional, realizó 83 peleas con un saldo de 75 triunfos (34 ko), 2 reveses y 6 empates. Tras su retiro, fue un exitoso empresario de ropa deportiva con una red de locales llamada “Accavallo Deportes”.

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