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Montenegro en la Semana Social de la Iglesia: El culto al pobrismo y sin visita al predio de la basura

 

Luego del mensaje de monseñor Poli leído con la aprobación  línea por línea del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Catedral Metropolitana quedaron huellas de los acuerdos precisamente “non sanctos” entre la Iglesia Católica y el gobierno nacional, en ese caso fue en el tedeum por el festejo del 25 de mayo. La Semana Social de la Iglesia en Mar del Plata a través de los años se ha convertido en una tribuna política y los discursos se abrazan al pobrismo como lo definió acertadamente Miguel Angel Pichetto.

En esta ocasión no hubo ni visita ni fotos al predio de disposición final de residuos como ocurrió en 2019, cuando el obispo Mestre anduvo de recorrida por el lugar que actualmente la gestión municipal ha convertido en una bomba ambiental, que hoy es celosamente ocultada. Por ello no extrañó que el intendente Guillermo Montenegro ofreciera una versión light en su discurso, que no irritará a nadie de acuerdo al momento.

 

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Montenegro llamó a “cuidar la Casa Común” y dijo que “lo que no deja dormir a muchos es no poder llegar a fin de mes”

Bajo el lema “Integración y Trabajo para una Patria de Hermanos”, el encuentro se desarrollará hasta este domingo en el Hotel Intersur 13 de Julio de nuestra ciudad.

Con la presencia del Intendente Municipal Guillermo Montenegro, ayer se llevó a cabo la jornada inaugural de la Semana Social 2022, organizada por la Comisión Episcopal de la Pastoral Social.

El encuentro –que se extenderá hasta el domingo- tiene como lema “Integración y Trabajo para una Patria de Hermanos”. Y volvió a ser presencial, después de dos años de realización virtual por las restricciones impuestas por la pandemia. El escenario de las actividades será el Hotel Intersur 13 de Julio, del Sindicato de Luz y Fuerza de nuestra ciudad.

La Semana Social contará con la participación de representantes de diversos sectores de la comunidad argentina, como políticos, empresarios y sindicales.

Además del intendente Montenegro, también hicieron uso de la palabra el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) monseñor Oscar Ojea; el titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social monseñor Jorge Lugones; el obispo de Mar del Plata Gabriel Mestre; la ministra de Gobierno de la provincia Cristina Álvarez Rodríguez y el ministro de Desarrollo Social de la Nación Juan Zabaleta.

El discurso completo del intendente:

Es un orgullo para mi recibirlos por primera vez y darles la bienvenida a todos ustedes, como intendente y como vecino de Mar del Plata. Esta ciudad que es la más linda del mundo, no solo por el modo de vida, por los paisajes únicos que nos cobijan, sino también y principalmente por su gente, que empuja, que no baja los brazos, que cuida lo suyo y lo comparte con millones de personas que nos visitan todos los años.

Acá como les decía, cuidamos la ciudad. Para quienes vivimos en ella y para quienes nos visitan. Y hay muchas formas de cuidar la casa de uno, pero en este caso estamos hablando de la casa común, como dice el Papa Francisco.

En Laudato Sí, hace un gran desarrollo sobre el cuidado de la casa común. Enorme, profundo y clave para nuestro presente. Entre tantos aportes nos dice que “el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta”. Por eso me gustaría invitarnos a pensar sobre esto, que sé que en estos tres días lo harán, y destinarán incluso una mesa para reflexionar sobre la conversión ecológica.

Como les decía, coincido plenamente en este punto. Cuidar la casa común es fundamental porque es la que tenemos y la que vamos a tener siempre. No nos podemos mudar.

Las personas que habitamos este mundo somos los únicos responsables y por ende los únicos que podemos cuidarlo.

El Papa Francisco se refiere a la casa común como el planeta, el mundo en el que vivimos. Y el cuidado del mismo se trata de convivencia: si yo desordeno mi casa, debo ordenarla. Porque no vivo solo.

Esta convivencia implica diálogo, (y yo le agregaría que requiere diálogo respetuoso). Pero también requiere de la acción sin egoísmos, sin otro interés que el bien común.

Nos encontramos con algunas cuestiones conflictivas que, como les decía, requieren de diálogo y acción.

Es escuchar, dialogar, pero también empujar juntos. Y no quiero quedarme en eufemismos.

Sabemos que en nuestra ciudad, por ejemplo, la falta de trabajo es uno de los principales problemas.

Si bien estamos haciendo muchas cosas y ayer según el INDEC se alcanzó un número históricamente bajo de desocupación para la ciudad, yo no descanso.

Todos los días me cruzo con marplatenses y batanenses que o no tienen trabajo o necesitan otro, o quieren cambiarlo. Porque hoy lo que no deja dormir a muchos es no llegar a fin de mes.

Una persona que tiene trabajo no solo se dignifica a sí misma, sino que también enseña a vivir dignamente a sus hijos, y los empuja a estudiar, y a progresar.

Entonces, generar laburo para mi es una visión estratégica que vengo trabajando desde que los marplatenses y batanenses me eligieron para decidir ciertos rumbos de la ciudad. Porque el trabajo genuino es la mejor forma de integrar a los que menos tienen.

Tengamos claro que esto no puede ser a cualquier costo. Volvamos: debemos cuidar la casa común, y por eso estamos hablando de desarrollo sustentable y sostenible.

Tenemos la obligación de actuar con esta perspectiva, también por la responsabilidad de cuidar la casa que les vamos a dejar a nuestros hijos, a las futuras generaciones.

Les agradezco por renovar este espacio de encuentro y reflexión. Y les aseguro que vamos a seguir atentamente todo lo que suceda acá, porque valoramos mucho este lugar donde hay representación de todos los sectores.

Por último, los invito a reflexionar sobre otro aporte del Papa Francisco con el que me gustaría cerrar este mensaje de bienvenida: “Todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía.”

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