El intendente municipal se disipa e involucra en internas que no le competen en su condición de tal. A Montenegro no le falta ningún ingrediente, para que aparezca como un integrante de la denominada casta política, que les ha rendido electoralmente muy bien a José Luis Espert y Javier Milei.
Si bien en ese elenco es un personaje menor, no es nada recomendable para una ciudad como Mar del Plata, que está siendo acuciada por problemas que se profundizan. Llegó prestado y vive de votos ajenos y aportados por socios en Juntos Por el Cambio. Pero ha dado un viraje girando hacia Acción Marplatense y otras vertientes peronistas. Acto reflejo del desesperado llamado de Tío Curzio, desde donde los intendentes PRO hicieron un llamado a peronistas desencantados.
Es muy posible que en su horizonte observe inevitables internas, no sólo en las PASO, sino cómo se mide con el Frente de Todos, otros partidos políticos y expresiones libertarias, que se han comenzado a organizar bajo expectativas favorables, acumulando desencantados que surgen casi en todo el país y especialmente en Mar del Plata.
A partir de las elecciones legislativas de 2017, Juntos Por el Cambio fue la coalición que consolidó su posicionamiento oficial en la MGP, a partir del gobierno del ex intendente Carlos Arroyo en el 2015.
JxC fue concebida por el PRO, la UCR, CC, FE y Agrupación Atlántica en General Pueyrredon.
En 2018 irrumpe en la política local el actual intendente Guillermo Montenegro. En 2019 logra magramente suceder al doctor Arroyo, debido a la decisión política de María Eugenia Vidal de impulsarlo, forjando su construcción en una línea claramente desestabilizante, para lograr su objetivo.
El actual intendente como estrategia electoral, potenció a Acción Marplatense para utilizarla como retén de María Fernanda Raverta, del Frente De Todos, ésta no obstante quedó a menos de 10.000 votos de Montenegro.
A tal punto llegó la paridad que el triunfo de Montenegro, fue reconocido al día siguiente de las elecciones, se contó hasta el último voto, de la última urna, de la última escuela. A partir de entonces hubo una especie de tregua política, producto por la influencia de la epidemia covid-19.
En 2021 en su primer examen legislativo JxC logró 8 sobre 12 bancas en disputa, el FdT logró las cuatro restantes, la grieta a full que dejó a las demás fuerzas políticas sin recompensa alguna. A sólo centésimas del piso quedó Avanza Libertad y casi en el mismo rango Acción Marplatense, del ex intendente Gustavo Pulti.
Sin embargo a pesar de esta somera introducción, a horas de la asamblea de Mayores Contribuyentes, que debe celebrarse mañana para validar el 45 % de aumento de tasas, el oficialismo no tiene garantizado el número de concejales para aprobar la respectiva ordenanza. La propuesta del intendente volvió a activar a Acción Marplatense, para conseguir 2 votos que resultan claves, los de Horacio Taccone y Paula Mantero.
También en la última reunión de la Comisión de Obras, se produjo un episodio que despertó alguna conmoción en el bloque oficialista. El concejal Fernando Muro con sus expresiones afectó la sensibilidad política de Marianela Romero y Daniel Núñez que abandonaron la reunión, haciendo lo mismo María Sol de la Torre, del Frente de Todos.
¿Son todas cuestiones del momento? O alineaciones que se emiten con señales de una escalada de mayores proporciones. El talante de Muro evade el nivel de tolerancia y existen observaciones al respecto, que ya habían merecido reproches y no surtieron el efecto esperado. Muro es la prolongación del intendente. Fue su elegido para encabezar la lista de concejales en 2021.
¿Tiene importancia que 2 concejales de la UCR hagan punta y dejen sin funcionar una comisión del HCD? ¿Es un preanuncio? La lucha intestina de las coaliciones es una puja constante de mayor espacio político.
Observando cómo pagó Montenegro los compromisos políticos de 2019, apelando a cargos públicos y nombramientos, su sostenibilidad es a través de recursos que le permiten penetrar en internas gremiales y políticas.
Fue en apoyo de ex diputado provincial Manino Iriart, un albertista que enfrentó a Raverta en la reciente interna peronista, una de las once que se celebraron en toda la Provincia de Buenos Aires. Además Montenegro jugó con Mercedes Morro enfrentando a Pablo Santín.
Nada edificante para un intendente municipal del PRO, con una gestión deudora y morosa, que viene arrastrando déficits en diversos órdenes e indican que a 30 meses de gestión ya se asegura que no podrá hacer más obras que su antecesor el ex intendente Carlos Arroyo.
Su lugar en el mundo es San Isidro…