Va a estar todo bien“, dijo Luis Barrionuevo este lunes (25/08) a la mañana en una entrevista radial cuando le preguntaron sobre la determinación que tomará el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, acerca del paro nacional convocado para el jueves 28 de agosto. Barrionuevo no pudo confirmar si los colectiveros se plegarán a la huelga que prepara la CGT de Hugo Moyano y aliados y sigue en silencio, tironeado por los sindicalistas no oficialistas que lo culparán por la suerte del paro y por el Gobierno nacional que le ha otorgado beneficios importantes.
El sindicato de choferes viene de firmar un incremento salarial del 30 por ciento en paritarias, luego de que el Gobierno anunció un aporte de $85 millones en subsidios y compensaciones para las empresas del sector.
Según el diario Ámbito Financiero, el gremio aguarda la entrega por parte del Gobierno de un predio en el barrio porteño de Once como parte de su estructura para la atención de los afiliados en trámites administrativos y de capacitación.
Hasta ahora, la UTA integra formalmente la CGT oficialista de Antonio Caló, pero al igual que el líder de los maquinistas de La Fraternidad, Omar Maturano, tuvo posiciones críticas hacia el Gobierno nacional. De hecho, los trenes no funcionarán este jueves 28/08 al igual que los vuelos, faltan los colectivos para cerrar la última alternativa de transporte y garantizar el éxito de la medida.
El gremio analizará entre hoy (25/08) y mañana si se suma o no a la protesta de Moyano y Cía.
Según recuerda el diario Clarín, ningún dirigente de la UTA fue al almuerzo del miércoles pasado en el que se definió un plan de lucha que arrancará esta semana. El último gesto del gremio de los colectiveros fue hace 15 días, cuando su secretario de prensa, Mario Calegari, le dio el aval a Maturano para avanzar con la medida de fuerza.
El Gobierno opera con Julio De Vido y Carlos Tomada para convencer a Fernández.
Según Ámbito Financiero, Fernández mantuvo apagado su celular durante el fin de semana. Ni los funcionarios ni los hombres de Moyano consiguieron contactarlo. El martes, delegados de todo el país se reunirán para definir si adhieren a la medida de fuerza. Pero la decisión podría ser tomada horas antes por la conducción.
Mientras se espera la definición de la UTA, la izquierda sindical anunció que realizará piquetes y cortes de rutas en los accesos a las grandes urbes, tal como lo hizo el 20 de noviembre de 2012.
Además, los militantes bloquearán el acceso a las fábricas donde manden sindicatos afines a la Casa Rosada enrolados en las centrales de Antonio Caló y Hugo Yasky. La estrategia fue reconocida por Néstor Pitrola, líder del Partido Obrero (PO) y gremialista de la industria gráfica.
En las próximas horas, los bancarios anunciarán también su participación del paro.
Los que no pararán serán los principales sindicatos de la CGT oficialista: taxistas, empleados de Comercio, los principales gremios industriales y trabajadores de la construcción. Tampoco lo harán los docentes y estatales enrolados en la CTA que conduce Yasky.
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