Marineros de barcos fresqueros del empresario Luis Caputo se manifestaron este martes frente al establecimiento donde procesa materia prima, en Cerrito y Guanahani, donde al compás de los bombos y las cubiertas encendidas, reclamaron por la pronta reactivación de una flota de siete barcos.
El armador, a través de distintas razones sociales, es propietario de los buques “Santa Ángela”, “Don Luciano”, “San Antonino”, “Cabo Tres Puntas”, “Mellino II”, Wiron IV” y “Repunte”, todos buques fresqueros de entre dos mil y 6 mil cajones.
“Están todos los barcos parados. El último que salió a pescar fue el Cabo, pero completó la marea el año pasado y no volvió a pescar”, contó Javier Vázquez, delegado de la pesquera. “Somos 100 marineros efectivos más todos los relevos. Hace casi 9 meses que no me subo a un barco”, reconoció el delegado, que a su vez es segundo vocal de la Comisión Directiva del SIMAPE.
La crisis que enfrentan los marineros no la sufren los trabajadores de Ostramar, el frigorífico de Caputo, que procesan materia prima que el empresario trae desde la Patagonia o le proveen en Mar del Plata. O la sufren el día que los marineros se manifiestan porque el denso humo negro torna imposible respirar en las inmediaciones.
Los manifestantes resumieron la situación en la que se encontraba cada buque. El “Santa Angela” se rompió hace dos años y medio y solo completó media bodega. Nunca más salió a zona de pesca.
El “San Antonino” hace 3 años que está parado, casi el mismo tiempo que el “Repunte”. El “Don Luciano” tiene problemas en el motor hace 24 meses. “Nos reunimos con Gigi Caputo, el hijo del dueño y nos aseguró que están arreglando el Cabo, pero es lo que dicen siempre y después no mueven”, lamentó Vázquez.
El Wiron hace más de 4 años que rompió máquinas y desde entonces es un canto a la inactividad. El “Mellino II” se rompió y ahí quedó flotando en el muelle. “La empresa quiere desgastar a los compañeros para que se cansen y se vayan. Uno de los muchachos que está a la orden recién me contó que en diciembre cobró 5 mil pesos… el 24 de diciembre”.
Ahogo financiero. Así definen quienes conocen con cierto detalle los problemas del empresario pesquero para explicar la prolongada inactividad de los barcos. Con el único barco con el que logró liquidez fue con el tangonero, porque los poteros se movieron con regularidad pero no fue suficiente para aceitar la cadena que permite reactivar a los fresqueros.
“Sabemos que está armando dos de los poteros para arrancar la zafra de calamar. Si no comienza a mover los fresqueros, los vamos a parar”, anticipó Vázquez.
Revista Puerto
Roberto Garrone
