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Mar del Plata más cara que Italia, Francia y el Caribe

Restricciones, carga impositiva y cepo cambiario son las razones que impiden salir del país. El corset de la economía ajusta a los argentinos, que se verán obligados a pagar valores muy altos en alojamiento, viajes y alimentación, debido a la inflación en dólares. La voraz presión de la AFIP (Nación), ARBIA (Provincia) y ARM (Mar del Plata) harán el resto, para que domine el corralito turístico y la pérdida de libertad de los argentinos que deben continuar sosteniendo un sistema económico, que financie el gasto público, la corrupción, altos sueldos de funcionarios y la militancia rentada. Este es el globo que sube los precios.

El en su edición de hoy Perfil entrega un completo informe en el cual explica por qué Mar del Plata es más cara que Europa y el Caribe.

“Las restricciones sobre el dólar y el desaliento al consumo en el exterior, dos de las razones de la protesta del último jueves en todo el país, alimentarán otro motivo de queja en los argentinos que ya planean sus vacaciones. Cuando piensen en destinos locales, se encontrarán con aumentos de precios que por los menos los harán sentir en el Primer Mundo: en algunos casos, descansar en la Argentina ya es más caro (sin contar los pasajes) que hacerlo en lugares top como Italia, Francia o el Caribe.

Las últimas medidas del Gobierno, que retacea divisas para los viajeros y cobra 15% de anticipo de Ganancias o Bienes Personales para las compras con tarjetas de crédito fronteras afuera, anticipan una temporada turística de hoteles repletos en la costa atlántica. La oferta hotelera ya está semicompleta, debido a que la decisión de contratar paquetes turísticos este año se ha anticipado. Más actividad económica, evalúan en la Casa Rosada, y más dinero circulando en el país.

“(Los caceroleros) son gente más preocupada por lo que pasa en Miami que en San Juan”, chicaneó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, 24 horas después del masivo reclamo en distintas provincias. “Preferimos que se queden a veranear en la Argentina”, había dicho en su momento el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para defender los controles. Hacerle caso implicará un esfuerzo económico mayor al de otros años.

Según un relevamiento que realizó este diario en uno de los portales más consultados por los turistas, Booking.com, los hospedajes en destinos habituales en la costa argentina cuestan, en temporada alta, tanto o más que reservas equivalentes al tipo de cambio oficial en Europa o Centroamérica (también para la temporada alta de julio del año que viene).

Mientras en Roma se ofrece una noche por $ 288,89, en la ciudad de Mar del Plata es el triple: $ 810,47. En la paradisíaca Playa del Carmen, en México, la noche en un hotel de cuatro estrellas para dos personas, con desayuno incluido, cuesta $ 354, mientras en Villa Gesell trepa a los $ 733,73.

La hotelería argentina ya siente el impacto de una mayor demanda que la habitual, en parte producto de los obstáculos establecidos para tomarse un avión al Caribe o a Brasil, que obligan a agarrar la Ruta 2 rumbo al mar. En hoteles de la costa atlántica hay carteles que advierten: “Hay mucha demanda para estas fechas, por eso los precios podrían ser más altos de lo normal”.

Si bien una franja de turistas buscará la manera de salir del país a pesar de los controles, la falta de moneda extranjera y los recargos, los hoteles domésticos ya evidencian más reservas que en otros años. En Mar del Plata, de 93 hoteles ofrecidos en Booking.com, sólo quedan treinta disponibles para enero. Algo parecido pasa para febrero. De cien ofrecidos, hay sólo cuarenta disponibles.

Con esta tendencia, advierten los operadores turísticos, es difícil esperar que los precios cedan mucho en febrero, como suele ocurrir. En Pinamar hay menos disponibilidad aún. De 59 lugares ofrecidos, hay cuatro disponibles, tanto en enero como en febrero, y en marzo, sólo diez. En Villa Gesell, sobre 58 quedan siete.

A presión. El vuelco de una masa de viajeros que planeaban irse afuera y ahora veranearán en el país tiene un doble efecto. Por un lado, agrega combustible inflacionario a un marco de costos en alza, y por otro, desplaza a opciones alternativas y más baratas al turista que suele definir su descanso en diciembre (ver aparte).

“Los costos de la hotelería son altos y ya se acercan al promedio de la región, después de años de estar por debajo”, asegura Roberto Pérez, de la auditora Crowth Horvath, que asesora a las principales cadenas de todo el mundo. Así, la demanda adicional producto del cepo turístico completa un cóctel inflacionario:

? inflación en dólares,
? abusos en algunos distritos y falta de control,
? oferta limitada en determinados puntos turísticos,
? fuerte incidencia de los impuestos.

Operadores turísticos mayoristas, como TTS Viajes, prevén de todas maneras una muy buena temporada en nuestro país. Celebran que los destinos turísticos argentinos siempre se llenan, ya sea con público local o extranjero. “La conectividad está mejorando”, afirman en la empresa, donde sostienen que “Aerolíneas Argentinas ha mejorado en cabotaje”.

Los planes de financiación de los bancos, en tanto, son la zanahoria que podrá compensar el aumento de precios, según cuentan en las agencias de viajes. Con amplios planes de cuotas sin interés, están permitiendo cerrar con antelación paquetes para vacaciones más caras, pero con sello de turismo nacional y popular.

 

Casaquintas, la alternativa

“Hace dos semanas que todo el mundo quiere ver casas, hay muchísimos llamados, pero no hay preparación porque todavía no se estipularon los precios, y nadie quiere aún jugarse a ponerlos”, cuenta Alicia Núñez, de la inmobiliaria Castilla, que alquila casas en barrios cerrados en la zona de Tigre. Su testimonio es el de todas las firmas de la zona, que reflejan cómo el turista argentino busca alternativas más baratas ante la disparada de precios por las restricciones a los viajes al exterior.

“Hace ya dos meses que venimos teniendo reservas anticipadas, para la segunda quincena de enero e incluso todo el mes de febrero. Años anteriores las reservas se hacían con sólo dos meses de anticipación”, añade Fernando Campolongo, de Campolongo Propiedades en la zona de Tortuguitas. Hay más consultas que en otros años, apuntan también en la inmobiliaria Travaglini, en Pilar.

Con más demanda, los precios se van para arriba. El alquiler de casaquintas para el verano va desde los $ 20 mil por mes y, según la zona, se puede pagar hasta $ 25 mil sólo una quincena. Si tomamos el valor más bajo, se estaría pagando a razón de 650 pesos por día, aproximadamente. Según propietarios de Pilar, ya tienen reservas hechas para noviembre, diciembre, enero e incluso febrero. En la zona del Delta, en Tigre, también se ha dado una explosión en la cantidad de consultas.

 

El impacto del IVA

Una de las claves por las que los precios de los destinos en el país terminan siendo más caros que en el exterior es el régimen impositivo, en especial la incidencia del impuesto al valor agregado sobre los precios finales, que queda en evidencia en las comparaciones que surgen de navegar por Booking.com

La Argentina posee el IVA más alto, con un 21%, que en general no viene incluido en las tarifas que se publican, lo que sí sucede con los precios de otros destinos. Algunas de las ciudades relevadas incluyen en el precio también tasas municipales, pero que suelen ser muy bajas (de $ 4 a $ 15) y que aun así no empatan los precios finales domésticos.

Madrid, Barcelona y Roma tienen 10% de IVA, mientras París tiene un 7%, pero en la publicación de la tarifa ya aparece incluido. El IVA en Florianópolis es del 5% y en México, del 11%.

 

Para el Gobierno, es al revés

Con la participación de la subsecretaria de Promoción Turística de la Nación, Patricia Vismara, el Gobierno nacional difundió ayer un informe comparativo de precios realizado por el Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata, que muestra a la costa atlántica con precios más baratos que Brasil o Uruguay.

El reporte, publicado por la agencia estatal Télam, indica que “una habitación doble en un hotel de 3 estrellas, por noche, en la costa atlántica costará $ 517, mientras que en Florianópolis o Camboriú estará $ 636, en Punta del Este $ 1.059 y en Río de Janeiro $ 970”. Al mismo tiempo, señala que “un departamento de dos ambientes por semana en la costa atlántica costará $ 3.397, en Florianópolis $ 3.962, en Punta del Este $ 4.900 y en Río de Janeiro $ 4.031”.

En el mismo sentido, la comida: un menú completo, según el trabajo oficial, en la costa atlántica estará en los $ 50, en Florianópolis/Camboriú $ 52, en Punta del Este $ 93,80 y en Río de Janeiro $ 84”.

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