El atril está vacío, el gran público no escucha, la proyección de las elecciones provinciales adelantadas fueron un anticipo. La campaña es atípica y algunos arriesgan que existen algunos parámetros similares el 2001. La ausencia y falta de participación sólo generan fotos de amigos, a un paso de la magra legitimación.
Mar del Plata refleja su escenario propio atado al descontento, al rechazo y el hartazgo. También es la Argentina, las PASO absorben el trabajo de los encuestadores que enfrentan un tablero de jeroglíficos cuya lectura no arroja señales claras a los candidatos.
Quizás como nunca la ciudad se ha convertido en un excluyente objetivo político. Rumbo al turno de octubre definirá candidatos titulares dentro de siete días. Las bocas de urnas serán un adelanto como aplacar a los más ansiosos.
Montenegro eligió abrazar a todo lo que encuentra en su camino como expresión más elocuente de acercamiento. Operativa y administrativamente fueron 4 años de letargo. No habla, le vienen bien las botaduras, la visita a una peluquería, confraternizar con vecinos, lo ayudan las presencia de candidatos nacionales y provinciales del PRO encarnizados en una interna de la que aparece alejado pero no tanto.
Eligió no salir herido con un criterio de preservación. Abad se borró al mejor estilo Casildo Herrera, cerró el comité de la UCR y acomodó su gente en las respectivas listas. El radicalismo no tiene candidatos a intendente desde 1983. Habían sido revolcados en las PASO anteriores.
Y quedan muy pocos correligionarios puros que militan, y los que lo hacen, muchos están en los pliegues de los carguitos públicos. Otros han partido a nuevos aires políticos y genuinamente la franja de la Juventud Radical, es un bastión irrecuperable para el presidente de la UCR de la Provincia de Buenos Aires, en este tono de construcción política, de la que ya no tiene retorno.
¿Cómo llegó y cómo sigue Montenegro? Arropado con la financiación de la hoy estrellada María Eugenia Vidal, el intendente se ha escabullido en una tarea de mecanismos de exhibición de imágenes de redes sociales. Pero cuando salen del cine a la calle, la gente vuelve a la vida real que tiene que ver con la conducción de la MGP. Y el intendente lo sabe, obvio, la gestión es deslucida, sin recursos y desprolija.
La figura de Mar del Plata subsidiada es su única salida. No supo, no pudo, no quiso y en 1.500 días con la pandemia y la inflación, tuvo los avatares de una ciudad complicada que se ha deteriorado en su funcionamiento vinculado a los servicios que presta. Es su propia herencia, posiblemente conozca su legado y aún siendo candidato siga en una burbuja.
Lo reclaman Bullrich y Santilli sembrando más conjeturas. ¿Ser intendente ha sido sólo un destino político para Montenegro? Cumple pero con exigencias bajas. ¿Debió ir por la reelección por compromisos partidarios? No se disipan las dudas que él mismo sembró, sino que se retroalimentan. En el arco del PRO no abundan referentes instalados. Los amarillos tuvieron cocineros, deportistas, periodistas, artistas etc. dentro de su elenco, dispuestos a pegar el salto. Pero ya fue. Ahora ya no se compran.
A Fernanda Raverta parece que le funciona la maquinaria política. Mantenerse competitiva en un contexto social invadido por la pobreza extrema, una inflación que destruye necesidades básicas, se ha insertado en la discusión previa, en la que han quedado todos envueltos. Se supone, sólo se supone, que Encuentro Marplatense con Gustavo Pulti adentro puede sumar los puntos necesarios para postergar la reiteración del 2019 y que el peronismo avance sobre la poltrona de JxC.
El oficialismo tiene sus problemas. Deglutir al kirchnerismo en la ortodoxia del peronismo más el Frente Renovador de Sergio Massa es indigestión. Los cálculos parten desde el punto más favorable, 2019. Son los 9.500 votos que separaron a Montenegro de Raverta e idealizan el mismo escenario para dentro de 70 días. Para el intendente el antikirchnerismo es su nutriente más fuerte. Ha monopolizado ese carácter y es la opción más fuerte para dejar atrás a Unión Por la Patria.
Nadie imagina un corte de boletas que la separe de Axel Kicillof, un ingrediente que obra como un estimulante para quien pretende arrebatarle la reelección a Montenegro. Kicillof según coinciden aún puede ser el más votado a gobernador. La interna entre Santilli y Grindetti, abrirá un surco que aunque puede sellarse en octubre, prolongará la campaña con más vehemencia.
¿Quién inyecta a Rolando Demaio el candidato de Javier Milei? Su campaña e instalación viene siendo más profusa. Cuál será el impacto en el escrutinio. A quién le sopla votos. LLA es muy borrosa desde su aparición, muy indefinida, imprecisa y con orígenes no tan alejados de la casta, sino con muchos reflejos de quienes han elegido vivir de la política como oficio.
Y sí, Dimaio, inédito participante, ha sido inspirado con usinas no alejadas de Alejandro Carrancio, con lo cual su mensaje está definitivamente destinado a roer la porción de torta de Montenegro, que acusa un desgaste que ya no cubre el blindaje anti K.
Hoy (no lo dicen las encuestas) y en política 2 + 2 no es = 4.
Pero si funcionaran los principios aritméticos, Raverta sumó a Pulti, y juega Demaio, un tercero que debuta justo cuando a Montenegro le queda menos trigo en el galpón. De última la nueva composición del HCD sería de mucha hostilidad para el actual intendente entre 2023/2027. No en vano las fluctuaciones y dado que Neme no es Lauría, puede haber un deslizamiento que ya pulula en los corrillos.
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