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Las 6 mentiras que María Eugenia Vidal le dijo a Fantino en apenas 83 segundos

Como una ráfaga, María Eugenia Vidal soltó al menos seis contundentes mentiras respecto de su paso por el gobierno de la provincia de Buenos Aires en un mano a mano que mantuvo esta semana con Alejandro Fantino en Animales Sueltos. Algunas, de neto corte político, podrían tomarse como exageraciones o desviaciones menores. Otras encuadran mejor como flagrancia.

  •  nunca durante su Gobierno tuvo mayoría en ninguna cámara de la Legislatura,
  • que impulsó las leyes de paridad de género y de limitaciones de los mandatos,
  •  que combatió el juego “legal e ilegal”,
  •  que luchó contra las barrabravas,
  •  que completó más de 2.500 obras en toda la provincia de Buenos Aires,
  •  que nunca discriminó a intendentes por color político a la hora de repartir obras.

Todas esas afirmaciones pueden contrastarse con testimonios públicos y datos duros de la realidad.

1. El fin de la reelección indefinida y la paridad de género: “Lo que era bueno para la gente y yo impulsé”

Lo cierto es que ambas iniciativas son marca registrada del Frente Renovador, el espacio que responde a Sergio Massa y que desde 2013 planteó seriamente la necesidad de limitar los mandatos consecutivos a los que podían aspirar intendentes y legisladores a no más de dos, como tiene un Gobernador.

Así consta en los registros de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Mediante el proyecto de Ley D- 1850/13-14- 0, Rubén Eslaiman, diputado renovador, proponía que ningún intendente pudiera permanecer en su cargo más de ocho años consecutivos. Corría el mes de agosto de 2013, y, aunque no se convirtió en Ley, el massismo nunca lo sacó de agenda hasta que logró el apoyo de Cambiemos para sancionarla.

Aquí conviene sumar un dato para comprender cuán floja de papeles está la caracterización de María Eugenia Vidal como la dirigente que se enfrentó a los “barones del Conurbano”. La ley que apoyó fue modificada mediante la reglamentación que el Poder Ejecutivo -es decir, ella misma- le impuso por decreto, al abrir una “ventana” para que los intendentes pudieran burlarse de la nueva imposición.

Lo mismo ocurrió con la Ley de Paridad de Género, presentada originalmente por Sebastián Galmarini en el Senado provincial, en 2014, y que se logró convertir en ley recién en 2017, tras largas y arduas negociaciones. Si María Eugenia Vidal compartía su preocupación por la paridad de género en la política, nunca lo demostró al conformar su gabinete, donde siempre hubo una abrumadora mayoría de varones.

2. “Yo nunca tuve mayoría en ninguna de ambas cámaras”

Esta es una exageración de María Eugenia Vidal, que, es cierto, asumió sin mayorías propias en 2016 y debió llegar acuerdos con una parte del peronismo y con el Frente Renovador. Pero más tarde, tras las elecciones en 2017, logró un contundente apoyo que le permitió quedar al filo de los dos tercios a favor en el Senado y a sólo dos bancas de tener mayoría propia en la Cámara de Diputados.

Se trata de una correlación de fuerzas bastante más favorable de la que tiene hoy Axel Kicillof, y que le permitió destrabar cuestiones clave como el nombramiento de jueces y funcionarios judiciales, que únicamente pasan por el Senado provincial.

3. “Me tuve que enfrentar con el juego legal e ilegal”

Más allá de esporádicos operativos contra mesas de juego ilegal que se llevaron a cabo en el interior de la provincia de Buenos Aires durante su mandato, junto el cierre de los casinos de Mar de Ajó, Pinamar y Necochea, el legado de María Eugenia Vidal respecto del juego será para siempre la habilitación de las apuestas en línea en la provincia de Buenos Aires, un negocio fabuloso sobre el que incluso hoy se sabe y se habla bastante poco.

Para que pasara bajo el radar, el Poder Ejecutivo metió la habilitación y reglamentación del juego online dentro de la Ley de Presupuesto para 2019, último año de mandato. Esa precaución no fue suficiente para que durante el debate trascendieran enojos y pases de facturas dentro de Cambiemos, que no fueron finalmente óbice para que la Ley se aprobara y las modalidades “on line”, “electrónica” e “interactiva” se convirtieran en legales en todo el territorio Provincial.

4. “Me enfrenté con las barras bravas”

Tampoco acá María Eugenia Vidal dio en el blanco. La exgobernadora plantea en cada oportunidad que su Gobierno prohibió “la entrada a 3.500 barras y detuvo a 100 lideres violentos de 25 clubes” además de lograr que “se jugaran 550 partidos con público visitante”. También podría haber contado que el público visitante dejó de acudir a los estadios cuando la policía, bajo sus órdenes, asesinó a un hincha de Lanús en el Estadio Único.

Lo cierto es que mientras la Provincia perseguía a algunos barras, hacía negocios con otros. “Bebote” Álvarez, jefe de la hinchada de Independiente, fue la pieza de ajedrez que Cambiemos movió para acorralar a los Moyano en una violenta y desprolija movida judicial. El abogado de los sindicalistas Daniel Llermanos, describió con pelos y señales cómo los fiscales del titiritero Julio Conte Grand -ex mano derecha de Vidal en la Secretaría Legal y Técnica, devenido en Procurador General- se valió de los enemigos internos de Moyano en Independiente, como el líder de la barra brava, “Bebote” Álvarez, para aportar pruebas armadas para sostener la acusación.

Lo contó INFOCIELO: el plan, que incluyó trabas a la defensa para acceder a las pruebas que debían contrarrestar en el expediente, y hasta un insólito pedido de elevación a Juicio de la causa con el reconocimiento explícito del polémico fiscal Sebastián Scalera, de que lo hacía sin haber concluido de periciar la prueba.

5. 2.500 obras empezadas y terminadas en la Provincia

Esta es posiblemente una de las afirmaciones más difíciles de sostener y contrastar de la exgobernadora María Eugenia Vidal. Lo explicó en su momento el entonces ministro de Infraestructura bonaerense, Agustín Simone: “yo no me animo a decir un número exacto de obras, porque hay que ver la magnitud de cada una”, señaló, precisando que bajo esa categorización se puede incluir “una reparación pequeña en un edificio o puede ser una ruta entera”.

Lo cierto es que el veredicto en torno a la situación de la infraestructura bonaerense a diciembre de 2019 era pésimo: las escuelas se caían -se siguen cayendo- a pedazos, los hospitales tenían guardias nuevas o a medio terminar y no mucho más, se habían repavimentado a medias algunas rutas y se había dado impulso a unos pocos tramos de la obra del río Salado junto al Gobierno nacional.

El abandono fue tal que la Provincia de Buenos AIres debió pagar multas por no haber utilizado créditos otorgados para infraestructura por organismos internacionales como el BID. Traducido: estaban los fondos, pero la Provincia no los ejecutaba. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

En esa bolsa de proyectos frustrados quedaron, por ejemplo, el Acueducto del Río Colorado, que iba a resolver el problema de la falta de agua potable en Bahía Blanca y la región, o la nueva planta potabilizadora para el Gran La Plata, obras fundamentales que impactan en la prestación de servicios elementales para grandes conglomerados urbanos de la provincia de Buenos Aires.

6. No discriminé intendentes por el color político

A esta mentira no se la creyó ni Alejandro Fantino. “¿No lo hicieron nunca ustedes? Dale…”, repreguntó. “Preguntale a alguno de los intendentes opositores a mi gobierno si alguna vez los discriminé”, se envalentonó Vidal al replicar. Los intendentes le hicieron caso. Pablo Zurro, de Pehuajó, se animó a publicar un video en el que enumeró gran cantidad de obras paradas. Francisco Durañona, hoy Senador, exintendente de San Antonio de Areco, sumó otras tantas.

Sobran testimonios de intendentes pero también de vecinos sobre este tipo de comportamientos. La administración de Cambiemos repavimentó, por ejemplo, el Camino Belgrano, pero sólo a la altura de Quilmes, donde gobernaba su aliado Martiniano Molina. O las avenidas Gaona y Rivadavia, hasta el límite con La Matanza, territorio peronista.

Cuando la Exgobernadora refiere a que repartió obras equitativamente utilizando los mismos criterios de la coparticipación -el coeficiente único de distribución-, está hablando del Fondo de Infraestructura Municipal, que negoció con el peronismo y el Frente Renovador a cambio de la aprobación de los presupuestos anuales. Se trata de una caja millonaria que los intendentes debían destinar a obras que proponían y ejecutaban, bajo una modalidad en la que el Gobierno provincial sólo liberaba fondos.

Hay otras obras, estructurales o de tal envergadura que sólo se pueden afrontar con fondos del Estado provincial. Esas obras sólo llegaban a los propios en una proporción mayor.

Según el primer informe para la Comisión Bicameral de Segiomiento de la Emergencia, durante todo el período de 2015 a 2019, la Provincia inició obras por 116.000 millones de pesos, de las cuales pudo finalizar apenas la mitad. Más allá de la pobreza en la ejecución, el informe deja al descubierto una alarmante discrecionalidad puesto que remarca que los municipios de Cambiemos recibieron 20 mil millones más que los peronistas.

“De esos $ 116.000 millones, $ 32.000 millones se usaron para obras en varios distritos y, $ 84.000 millones se distribuyeron para obras cuyo alcance era un único municipio, y es acá donde se acentúa la distribución parcial de la obra pública”, señala el informe. Ese sesgo determinó que los vecinos de municipios gobernados por Cambiemos recibieron el doble de beneficios en materia de obra pública, a razón de $ 7.580 por vecino gobernado por el oficialismo de la provincia, contra $ 3.692 por vecino gobernado por el Peronismo.

Los datos que demuestran la discrecionalidad del gobierno de María Eugenia Vidal al repartir obra pública en la provincia de Buenos Aires.

Los datos que demuestran la discrecionalidad del gobierno de María Eugenia Vidal al repartir obra pública en la provincia de Buenos Aires.

Pero la cosa se pone peor: “Si se reduce el universo de análisis solo a las obras realizadas por la provincia, quitando las que con dinero de la provincia ejecutan los municipios (que habitualmente se distribuyen por el coeficiente de coparticipación provincial), la inversión pública por habitante en los municipios gobernados por Cambiemos es el triple que en los municipios gobernados por el Peronismo ($ 5.439 por habitante contra $ 1.606 por habitante)”, añade el informe que puede consultarse en este enlace.

Fue, como se ve, una verdadera goleada amarilla que hoy queda afuera de los relatos de quien hasta hace pocos meses se declaraba orgullosamente bonaerense y hoy cambia el relato desde el otro lado de la Avenida General Paz.

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Eduardo Medici

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