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La Suprema Corte vacía y la oportunidad de darle otra impronta al Poder Judicial

La renuncia de Luis Genoud provocó la cuarta vacante en la Suprema Corte Bonaerense y aceleró los tiempos de la política para empezar a cubrirlas. Se trata de una discusión necesaria sobre el Poder Judicial que la correlación de fuerzas y la imposibilidad de alcanzar consensos mínimos en la Legislatura demoró más de la cuenta.

Aquejado por problemas de salud, la renuncia del Ministro -que se acogió al “beneficio jubilatorio”- era un secreto a voces en los tres palacios bonaerenses. Hace un año lo adelantábamos en esta columna. Ahora, la SCBA queda conformada con sólo tres miembros, aunque debería tener siete: Hilda Kogan, Sergio Torres y Daniel Soria. Como explicó INFOCIELO, la camarista Florencia Budiño se sumará para lograr el quórum necesario para funcionar.

En La Plata, Axel Kicillof se propuso hace tiempo completar tres vacantes con una fórmula que tiene su lógica y sus complicaciones: dos perfiles afines y uno concedido a la oposición. Hay al menos tres tribus peronistas interesadas en la repartija, además de la UCR y el PRO. Ah, también está la cuestión de la paridad de género.

La aparición de una cuarta vacante, ¿es, en este contexto, una complicación extra o una oportunidad?

La discusión política

La cobertura de algunos cargos de la Suprema Corte estuvo cerca de hacerse realidad hace un año, junto con la de un centenar de vacantes en toda la estructura del Poder Judicial.

La rosca pre electoral y sobre todo la inestabilidad de Juntos por el Cambio impidieron que esos preacuerdos se cristalizaran. “Fue un caos”, le dijo a este portal un dirigente que siguió de cerca esa rosca. “A Cambiemos le dieron la mitad y después no levantaron la mano”, agregó la misma fuente.

Hoy el ministro de Justicia es Juan Martin Mena, que ya se reunió al menos dos veces con el Tribunal y se sentará en la cabecera de la mesa de negociaciones con la oposición.

A Mena se le reconoce oficio pero a nadie le consta que haga milagros: “Conoce, es un tipo razonable. Pero hay que ver cómo responde el resto de los actores involucrados en ese circuito”.

El fin de una era y una oportunidad

La salida de Genoud acelera el fin de una era. Tanto Axel Kicillof como la conformación actual de la Legislatura tienen la oportunidad de fundar un Poder Judicial nuevo, capaz de hacer frente a un mar de adversidades cuyas consecuencias padecen los ciudadanos de a pie.

“Estamos con un problema. Hay un retardo de justicia por falta de personal, por falta de abrir más dependencias. Lo tenemos que ver todos los actores. Y encima nos faltan jueces: vas a una audiencia y no hay con quién integrarla”, acaba de plantear en una charla con INFOCIELO Hugo Russo, secretario general de la AJB.

“Si arrancamos que hay cuatro ministros en la Corte (N del E: ahora tres) y necesitás por lo menos siete, que tenés un Procurador pero no subprocurador, que se creó la figura del Defensor General Provincial y no está nombrado… imaginate lo que pasa abajo”, agregó invitando a una reflexión muy obvia.

Casi lo mismo dijo, desde su perspectiva, el abogado platense Jerónimo Guerrero Iraola. “Es una tragedia para la gente”, planteó. “A veces la política se mira la pelusa del ombligo y se pierde de vista que la acción política tiene que tener impacto en la sociedad”, razonó, entrevistado en el stream político Parecemos Buenos Amigos.

Supremos, lejanos y desgastados

Lo cierto es que la Justicia en general y los miembros de la Suprema Corte en particular se mueven lejos de las luces. Así es difícil dibujar sus perfiles.

Una fuente que observa de cerca el desempeño de los “supremos” los describió como “un grupo de burócratas desapasionados” cuyas lealtades políticas caducaron hace tiempo. Este último dato es de doble filo.

La Justicia no tiene presupuesto, no consigue que se cubran las vacantes en juzgados, fiscalías y defensorías, y tampoco hace cumplir fallos de trascendencia, como el de las jubilaciones del Banco Provincia. A los miembros de la Corte les falta proximidad, cercanía con los problemas de los ciudadanos. Y les faltó firmeza y energía para lograr el siempre declamado equilibrio entre los tres poderes. Tal vez a una parte (grande) de la política esto último no le cae tan mal.

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Eduardo Medici

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