Zonal

La historia de un restaurante de pueblo “rescatado” por un cliente fanático

blank

Agustina Gómez

Ama Gozua es un tradicional bodegón de pueblo situado en el kilómetro 274 de la Ruta 2, a la altura del partido de Maipú. Como tantos otros, la pandemia los obligó a cerrar el local que tiene más de 50 años de historia. Favio Garri, uno de sus clientes, tomó la decisión de comprarlo junto a sus socios, dándole vida nuevamente a una de las joyas de la gastronomía rutera de la provincia de Buenos Aires. Para conocer más sobre la historia de Ama Gozua, Infocielo charló con Favio, quien dio detalles sobre el regreso de este emblemático lugar.

Para Favio los negocios se hacen con la cabeza fría, analizando las virtudes y desventajas de cualquier nuevo proyecto que emprenda. Sin embargo, con Ama Gozua no le sucedió lo mismo. Se la jugó y apostó los memorables recuerdos de probar aquellos chacinados y papas fritas que se cocinaban a la vera de la Ruta 2.

Ama Gozua, cuyo nombre de origen vasco significa “mama dulce”, nació hace 55 años, en la esquina de Julián Lynch y la Ruta 2. Su creador fue Guillermo Ercoreca, un inmigrante vasco que comenzó haciendo morcillas y chorizos que vendía a los camioneros. Ante el éxito de sus embutidos, abrió el local que se conoce actualmente.

La decisión de Guillermo determinó el destino de su familia entera, ya que por tres generaciones continuaron con su proyecto y transformaron a aquel parador de camioneros en un punto imperdible para los turistas que transitaban por la Ruta 2.

A pesar del indiscutible prestigio de Ama Gozua, su ocaso llegó con la aparición del coronavirus y sus numerosas restricciones para circular. La vida de todos, incluida la familia Ercoreca, cambiaron para siempre y debieron dar por concluido el sueño de Guillermo.

Por tres años, las puertas de Ama Gozua permanecieron cerradas. Más de un antiguo cliente, turista o vecino miraba con ilusión la fachada esperando volver a probar los platos que se preparaban en el restaurante.

Favio era uno de ellos. Muchos recuerdos conservaba en aquel sitio. Muchas veces se desvió de camino de regreso a casa para hacerse una escapadita y comer “El matrimonio”, uno de sus platos favoritos. Lo pensó, si puede decirse, con el corazón y llamó a sus socios para proponerles comprar Ama Gozua.

“Los socios que somos inversores todos fuimos clientes y sentíamos mucha tristeza cuando pasábamos y lo veíamos cerrado. Lo extrañábamos, como a todo el mundo le pasaba”, recordó Favio Garri en diálogo con Infocielo.

Pero más allá de la compra del fondo de comercio, el grupo de inversores se propuso sostener la historia de Ama Gozua y continuarla. Mantuvieron las recetas, la atención, el mobiliario, la fachada y hasta la forma en cómo se presenta la mesa, con su mantel de cuerina y la servilleta de papel bajo el plato. Eso no fue todo. También decidieron mantener el linaje.

“Cuando comenzamos a negociar la compra empecé a interactuar con Esteban Ercoreca, quien los representaba en la venta. Allí me di cuenta que Esteban era un chico con mucha capacidad y con mucha pasión. Le propuse a mis socios a invitarlo a Esteban a que se quedara y fuera parte del equipo de trabajo”, detalló.

Otros dos integrantes de la familia que se quedaron fueron Miguel y Juani. El tío Miguel, como le dice su familia y también como comenzó a llamarlo Favio, era el encargado de realizar los chacinados hasta el momento del cierre. El nuevo dueño no dudó en que se sume, sobre todo sabiendo que la vida de Miguel se apagó tras el cierre del local.

“El tío revivió y es un referente para nosotros. Aprendemos mucho de él, porque por más que uno esté preparado técnicamente, el tío tiene sus 54 años ahí adentro y nos lo transmite”, sostuvo.

Por su parte, Juani, era el famoso mozo de Ama Gozua. El día de la firma de la transacción le dijo a Favio que quería volver a trabajar, ya que era un lugar que le apasionaba y fue asi que también se sumó.

“Se hizo la reapertura con una fusión a nivel operativo hermosa entre la familia Ercoreca y nosotros como nuevos dueños”, expresó.

La vuelta de Ama Gozua, la felicidad de un pueblo entero

Antes de la reapertura, el grupo de socios inversores se dedicó dos meses para hacer una obra a nivel instalaciones y tecnología, pero sin modificar nada del tradicional bodegón. En el mientras tanto, la expectativa crecía.

Los vecinos curiosos notaban el movimiento y algunos se atrevían a pasar a ver si podían volver a comer sus platos favoritos. Algunos camioneros o turistas detenían la marcha de sus vehículos. También alguno que otro se ofendió porque no pudo entrar a comer ya que estaban en obra.

La felicidad de la reapertura de Ama Gozua se respiraba en Maipú. Los comerciantes hasta querían ofrecer materiales para la obra que se estaba llevando a cabo. También desde la Municipalidad ofrecieron su colaboración para que se vuelva a abrir.

Una semana antes de la reinauguración hicieron una prueba interna de platos para los nuevos dueños, trabajadores y algunos amigos. Mientras probaba una de las comidas, Favio vio entrar a una pareja que se sentó en una de las mesas.

El nuevo propietario se acercó amablemente y les contó que el local estaba cerrado. “Me ilusioné, yo era cliente acá. Tengo ganas de comer un chorizo con papas fritas, te lo pido por favor”, le suplicó el chico.

Favio accedió a darle el plato que tanto deseaba comer, ya que entendía aquella pasión que el vivió como cliente años atrás. Cuando se quiso dar cuenta el salón estaba lleno de personas ansiosas por probar alguno los manjares que se realizan allí.

blank

Finalmente, el día de la apertura no hizo falta mucha publicidad más que una publicación en Instagram. Todo el pueblo estaba ansioso y emocionado por volver a encontrarse en un sitio emblemático para su historia, colmado de recuerdos y sabores inolvidables.

Los tres imperdibles de Ama Gozua

  • Lomo de cerdo acompañado con papas fritas y huevos fritos.
  • Ravioles caseros.
  • “El matrimonio”: chorizo y morcilla con papas fritas y huevos fritos.

Deja un comentario