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“La conexión entre nuestro medio interno y el medio marino es orgásmica y única”

Asegura la investigadora Griselda Donatucci, quien invitada por la ONG PROTEJAMONOS PARA VIVIR CIENCIA TECNOLOGIA y la Delegación Mar del Plata de La Casa de la Unión Europea Argentina, brindó recientemente una charla-taller, en el Centro de Formación Profesional 405 de UTHGRA, sobre el uso del agua de mar para la salud y la vida.
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“Llego a la talasoterapia transitando el periplo de las terapias naturales que inicie en 1984; como terapeuta holística para poder transmitirlas necesito pasarlas por mi propio tamiz corporal, mental y emocional. Así fue como en el año 2000, comencé a investigar lo que era el termalismo, o sea las propiedades de las aguas termales, recetaba baños de inmersión con aromaterapia para relajamiento, pero la posibilidad de experimentar en un mar tibio fue un gran clic para mí porque sentí ese poder de reparación, que produce la conexión orgásmica y única entre nuestro medio interno – que es agua de mar – y el medio marino”, afirma la terapeuta holística, Griselda Donatucci.
Desde la propia vivencia, la investigadora invita, a los participantes de sus charlas y talleres gratuitos, a atravesar también por esa experiencia transformadora y fascinante, mientras confiesa que tan solo el recuerdo de la sensación de placer y bienestar experimentados le producen aun los escalofríos emocionales, conocidos popularmente como “piel de gallina”:
“En el año 2000, comencé a investigar lo que era el termalismo, o sea las propiedades de las aguas termales porque amo el agua caliente y los baños de inmersión, y recetaba siempre baños de inmersión con aromaterapia para relajarse, pero cuando empiece a investigar el agua de mar y tuve la posibilidad de estar en un mar tibio fue el gran clic para mí porque sentí ese poder de reparación”.
“Había investigado que el agua de mar repara las células y nutre el medio interno, pero al sumergirme en el mar de Cancún en 2011, vivencie y sentí esa investigación. De la misma manera en que el agua de mar entra a impregnar el medio externo de las células, me sentí una célula impregnada dentro del mar, dejando que eso entre por mí y yo entregándome a esa experiencia que nunca había vivido. Me acuerdo y se me pone la piel de gallina, fue un inside, una eureka, un darte cuenta, un clic. “¿Qué es esto? ¿La gente registra esto?”, pensé”.
“Así fue como en 2013, tome la decisión de hacer una experiencia propia de retiro, fue una experiencia tan fuerte. Cerré mi centro holístico, alquile mi casa en Chacabuco, Provincia de Buenos Aires, y me fui a vivir seis meses a Punta Cana, me dije: “Quiero hacer la experiencia plena de vivir al lado del mar y realizar un reporte para reflejar lo que había atisbado en Cancún”.
“Experimente caminando seis kilómetros a la mañana y seis kilómetros a la tarde hasta encontrar mi playita alejada y solitaria. Allí hacía una conexión con el mar todos los días, recogiendo mi agua de mar, cocinando con agua de mar, estuve prácticamente durante varios días solo a líquido de agua de mar y de coco. Vivencie lo que solían referir los médicos antiguos sobre la cura con el clima, que se llamaba climatoterapia, indicándole a sus pacientes como parte de la terapéutica que, por ejemplo, para la cura del asma se trasladaran de los lugares húmedos a sitios secos”.
“Hacer la experiencia por dentro y por fuera, tomando el agua de mar y la talasoterapia en la playa – yo le llamo talaso-playa porque no es el ambiente de un Spa cerrado – , es sentir la vivencia de los rayos del sol, lo que produce el baño de mar, caminar por la arena, aspirar el clima marino, mirar el color del mar, sentir su sonido y cuando estas adentro del agua tibia marina se produce una conexión entre tu medio interno, que es agua de mar, y ese gran medio externo, que es el mar. Es una conexión orgásmica y única”.
El naturista francés René Quinton fue la persona que descubrió las bondades del agua de mar a inicios de 1900. En Nicaragua hay 46 clínicas, conocidas como dispensarios marinos, donde cada día asisten decenas de personas a retirar agua de mar sin ningún costo para tratar enfermedades como la hipertensión y otras afecciones comunes en la población nicaragüense.
“En Nicaragua la ingesta de agua de mar es medicina oficial, igualándola con la medicina tradicional en términos legales y de aplicación de tratamiento para las más diversas enfermedades. El agua de mar se utiliza también en pacientes con hipertensión arterial, cardiopatías, cirrosis hepática e insuficiencia renal, quienes tienen contraindicada la sal, pero en este caso el agua de mar, tiene el cloruro y el sodio disueltos y por tanto su acción es benéfica al ser diurética. Los médicos nicaragüenses recomiendan medio libro de agua de mar hipertónica o sea pura; en España la Fundación Aquamaris está recomendando aproximadamente 250 centímetros cúbicos; y otros profesionales, que están trabajando con el agua de mar, indican apenas 30 centímetros cúbicos diarios”, refiere la experta.
“Tengo testimonios de gente – prosigue – que afirma haberse curado de montones de enfermedades. ¿Cuál es la base de esa “curación” entre comillas? ¿Qué es lo que produce el agua de mar? La célula al recibir el agua de mar recibe verdadera nutrición. Es como cuando hay épocas de sequía, podemos regar las plantas con una manguera pero cuando llueve es otra cosa. La tierra recibe en forma totalmente diferente al agua de lluvia y las plantas reaccionan también de diferente manera al agua de lluvia que a la que utilizamos para regar. Es la misma agua dulce podemos decir pero sin embargo no es así. Análogamente cuando las células reciben esa nutrición del agua de mar que tiene tantos minerales u oligoelementos, incluso tiene hasta oro en cantidades infinitesimales, el medio interno se equilibra”.
“El agua de mar es un regenerador, un nutriente natural, aporta los electrolitos que se pierden. Recomendamos tomarla rebajada (en la proporción de tres cuartas partes de agua dulce y una cuarta parte de agua de mar) porque pura contiene entre 35 y 36 gramos de sales por litro y en nuestro cuerpo tenemos 9 gramos de sales. Debe beberse en pequeños vasos y de forma espaciada para evitar que la acumulación de sal en el intestino tenga un efecto laxante”.
“Es importante ver dónde se recoge el agua porque la idea no es ir a recogerla en un puerto, o donde se sabe que están tirando desechos cloacales. El agua se va a limpiar, pero va a llevar más tiempo. Hay que tratar de buscar una playa que esté limpia o ir con una lancha o bote, mar adentro”.
“El agua de mar es una compañera de vida, la utilizo en reemplazo de la sal de mesa, en la preparación de las comidas, jugos, licuados, y no necesito ponerles miel o azúcar porque el agua de mar absorbe el dulce de la fruta y lo potencia. De hecho hay muchas recetas que lo utilizan para potenciar el dulce. También la empleo en lugar de los enjuagues bucales y del dentífrico. Le enseño a la gente que, en invierno, pongan una fuente de acero inoxidable, de vidrio o de lo que sea sobre el calefactor con agua de mar para hacer su propia sal. Sí a todo lo que beban durante el día le ponen un chorrito de agua de mar, estarán tomando un complejo vitamínico gratis”.
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Como corolario de la entrevista, la investigadora nos deja una reflexión final poniendo el acento en la importancia de armonizar nuestra relación con el medio ambiente natural:
“Debemos usar los recursos gratuitos que tenemos a nuestra disposición como el mar, que es un recurso natural y abundante, y además nos ofrece un montón de beneficios. En esa interacción también nosotros debemos ofrecerle cuidados, el respeto, el amor. El cuidado ecológico no está separado de la forma de ser o de vida, te sale del alma querer cuidar lo bueno y estamos necesitando de eso, porque cuando honras lo bueno, lo amas y ese amor se hace mutuo, se hace benéfico para muchos. En un mundo donde hay cada vez más gente enferma y más crisis de valores y de todo, concientizarnos que la vida tuvo su origen en el mar y volver al origen de la vida es una buena idea”.
Roberto Latino Rodríguez

 

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