Las ciudades de Ucrania son el reflejo de la devastación de la guerra. Los ataques y las defensas parecen quedar en la nada, pero cada mañana la guerra vuelve a encenderse ante los primeros rayos del sol, que demuestra el terror generado por el hombre.
Esta semana, el presidente Volodimir Zelenski visitó la región del este de Ucrania por primera vez desde que comenzaron los ataques rusos el 24 de febrero de 2022. Tras su recorrida anunció que decidió remover de su cargo al jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania para la región “porque no trabajó en la defensa de la ciudad desde el primer día de esta guerra a gran escala, pensando solamente en sí mismo”, dijo Zelenski en un mensaje en cadena nacional.
“Vamos a hacer que vuelva la vida”, prometió el mandatario en un mensaje donde aseguró que Donbras volvería a ser ucraniano. Dos días más tarde, las milicias prorrusas lograban acercarse a la ciudad de Sloviansk, en la región de Donetsk.
“Ya se está luchando en las calles de Severodonetsk. El enemigo avanza”, dijo el gobernador regional, Serhiy Gaidái, quien lamentó la situación y alertó que la “infraestructura crítica de la ciudad fue destruida en casi un 100%, mientras el 90% de las viviendas sufrió daños y, entre ellas, el 60% muestran un estado ruinoso. La ciudad está llena de cadáveres rusos, las calles están ardiendo. En el futuro, esto puede provocar el desarrollo de infecciones”.
“Los cuerpos que hemos encontrado muestran que tratan a las personas como basura, como carne de cañón. No necesitan a sus soldados. Los arrojan aquí, se retiran y dejan los cuerpos”, dijo a la BBC el coronel Volodymyr Liamzin.
“Estamos listos para devolverlos a todos, pero queremos que nos devuelvan a nuestros propios muertos también. Tocamos todas las puertas que hay, pero no hay respuesta, no hay diálogo”, lamentó el coronel.
