La Avenida Jorge Newbery no ha recibido el tratamiento que se ha reclamado y no sólo se encuentra abandonada sino olvidada. La presencia de cinco caballos sueltos en el mediodía a sólo pocos metros de la cinta asfáltica constituye una clara demostración.
El peligro que representa ya no sólo un eventual siniestro vial, sino también con consecuencias físicas y/o víctimas fatales, debido al crecimiento de por lo menos seis barrios privados cada más habitados y sumado a la llegada de turistas, que aumentan el tránsito entre Mario Bravo y la calle 515, donde finaliza el camino de circunvalación en su intersección con la Ruta 11.
En esa angosta franja circulan todo tipo de vehículos hasta líneas suburbanas de colectivos, unidades de transporte de pasajeros de larga distancia, transporte de carga pesado de gran porte, autos particulares, motociclistas y ciclistas, la presencia cercana de caballos agrega un adicional con las contingencias que suponen en semejante nivel de circulación.
El estado municipal está ausente, nada mitiga semejante desastre.
Sobre la Avenida Jorge Newbery donde también se encuentra ubicada la UTOI (Unidad de Transporte de Operaciones Inmediatas) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, tienen 3 conos naranjas, es hasta de mal gisto. Sin embargo, esa presencia no disuade tampoco la continuidad de delitos en la modalidad piraña, que crece en la zona luego que delincuentes rompen lunetas o ventanillas de los autos para proceder al robo en arrebato de sus ocupantes. Es una modalidad que existe en la Panamericana metropolitana
También sobre la misma avenida se encuentra el complejo de entretenimientos acuáticos, aéreos y el camping, de gran actividad por la interconexión entre ellos, un emprendimiento que hace realidad la Mar del Plata de 12 meses, con trabajo e inversión privada desde hace años, no con cháchara ni sarasa, como acostumbra el EMTUR apelando a obscena pauta publicitaria que blinda a la Mar del Plata boba, que existe y la sostienen
La infraestructura urbana municipal en el lugar no ha tenido la intervención vial necesaria ya que no existe señalización vertical ni luminosa, tampoco cartelería con indicaciones, banquinas en mal estado. La movida joven que se promueve en los balnearios de la Ruta 11, donde hay otro consumo es atendida por sus dueños, allí hay policías, móviles, destacamento móvil, personal de Tránsito con equipamiento.
Mar del Plata turísticamente pierde en la competencia por las molestias e inseguridad que ocasiona ese tramo de sólo de 4 kilómetros de extensión. Es la Ciudad del Sí, pero si te salvaste, hay otra ciudad olvidada que no la cubre la pauta, pero que existe.