.
La propuesta de María Eugenia Vidal, la inspiradora de Guillermo Montenegro, para bajar las candidaturas no es un episodio más en el PRO. La lectura debe comprender un amplio espectro de conductas políticas afines. Larreta se cortó solo y mal.
Consagrar a intendentes amarillos y radicales a ir por la reelección sin pasar por las internas, es la versión abarcadora bonaerense para que los intendente del PRO y la UCR jueguen con él en la Provincia de Buenos Aires. Varios Lousteau bonaerenses en definitiva sería la síntesis.
Es muy clara la jugada, “in extremis” Vidal sale a intentar cortar la hemorragia que precipita una crisis inédita que arrastra el PRO, desde la salida de Mauricio Macri de la grilla de competencia.
Muy fuerte, HRL hizo uso de diversa galimatías para retirar al ingeniero, lo dio por liquidado y dejó a la intemperie a la fuerza política que sólo hasta ayer era excluyente aspirante a la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre. Ahora todos se meten en la conversación. Hasta Andrés Malamud expresó que “no hay radicalismo pero si muchos radicales que deben juntarse”.
El caso de Montenegro merece un apartado especial en esta verdadera troika del PRO. Lo comprende desde su silencio, como una forma de autopreservarse. El menos meduloso análisis interpreta que su llegada se debió a una decisión política fuerte y millonarios recursos públicos que emanaron desde la Secretaría de Medios Públicos de la Provincia de Buenos Aires.
Mientras denostaron hasta el paroxismo durante 3 años al ex intendente Carlos Fernando Arroyo, para hacerlo caer en todos los sentidos posibles, también inflaron a Gustavo Pulti para restarle votos a Fernanda Raverta. La definición fue menor a 10.000 votos de diferencia, lo cual es una demostración de lo expresado. Así se construyó la candidatura de Montenegro que llegó sin programa ni planes.
¿Qué no figuraba en el GPS de Montenegro? Que Kicillof iba a ser gobernador y que CFK volvería a ser la presidente en funciones. La candidatura de Montenegro, obviamente, fue concebida antes de la integración de las fórmulas.
El luto se reflejó en las caras de esta movida política, cuando se conocieron los resultados que mandaban a CABA a la gobernadora orgullosamente bonaerense hasta ese día. Es la misma que hoy pide bajar candidaturas en todo el PRO.
¿Qué sucede por estas horas? Si Montenegro estaba muteado, o jugaba a estarlo, ahora sería Bernardo el perfecto ayudante de El Zorro. Está en una franca posición de debilidad. A pesar de sus atributos (leer votos) imagina otros cuatro años con la provincia de otro color que el de su signo partidario, sólo pensarlo lo tiene a maltraer.
De allí surge la eventual integración de su lista de concejales en 1er. y 2do. Lugar, la política es cruel, no perdona, y Montenegro es una lechuza cascoteada como en San Isidro, su lugar en el mundo. A nadie se lo puede observar en modo éxtasis como un devoto de Montenegro, si el prisma es calificar su gestión.
A poco más de siete meses ya ha sorteado el nunca explicado lugar de Nicolás Lauría (recomendamos leer la actualidad de Natalia Sánchez Jáuregui para saber con qué bueyes se ara) El ex basquetbolista ya pide la presidencia del EMDER a partir del 10 de diciembre próximo no estorbará en la lista de concejales, prometió.
Ya hay rueda de contadores amigos que informan cuáles licitaciones de la MGP no corren peligro de cobro, aunque aconsejan no licitar por valores muy altos. La economía no estaría tan sana como lo proclama el intendente cuando se ufana de su austeridad y transparencia.
Por estas horas el desvelo del intendente es zafar, está muy complicado como el resto de los políticos de este país sin excepciones. Los ocurrentes que nunca faltan echan a correr versiones como de una operación rescate que lo evacúe de Yrigoyen y Luro. Por eso mismo requieren prestar atención de quienes serán los dos primeros casilleros de la lista de concejales oficialistas.
NOTAS VINCULADAS
No se hagan los rulos: aún in pectore, pero irá por la reelección
Larreta facilita la carrera de Montenegro a la reelección: UCR y Lilitos están adentro del esquema
Mute tras la fisura del PRO en Mar del Plata: Políticamente es el conurbano del GBA