Muchas veces no es fácil para los tenistas salir de las comodidades que ofrecen los torneos de la ATP en el circuito. En los challengers y futures, a veces los tenistas deben soportar situaciones que están lejos de lo que el público se imagina sobre el deporte profesional. Algo así les sucede ahora a quienes disputan el Challenger de Sarasota, en Florida (Estados Unidos), donde hubo uno de ellos que no se quedó callado. Fue el marplatense Horacio Zeballos (141° del ranking y ex integrante del equipo de Copa Davis), quien en una catarata de tuits disparó contra los organizadores porque no hay comida caliente, agua fría ni sillas.
“Vergonzoso estado del challenger de Sarasota. Menu del día: pasta fría o pasta fría. Sin mesas ni sillas”, fue el primer mensaje de una serie de cinco que lanzó en la noche del martes Zeballos en su cuenta de Twitter (@HoracioZeballos)
Muchas veces no es fácil para los tenistas salir de las comodidades que ofrecen los torneos de la ATP en el circuito. En los challengers y futures, a veces los tenistas deben soportar situaciones que están lejos de lo que el público se imagina sobre el deporte profesional. Algo así les sucede ahora a quienes disputan el Challenger de Sarasota, en Florida (Estados Unidos), donde hubo uno de ellos que no se quedó callado. Fue el argentino Horacio Zeballos (141° del ranking y ex integrante del equipo de Copa Davis), quien en una catarata de tuits disparó contra los organizadores porque no hay comida caliente, agua fría ni sillas.
No es la primera vez que un tenista argentino presenta sus quejas por las condiciones de un torneo. En noviembre del año pasado, Tomás Buchhass puso en evidencia las pésimas condiciones del future de Temuco, en Chile. Entre otras irregularidades, una cancha tenía los flejes pintados a mano con cal. Recibió el apoyo de Feliciano López, Mónaco y Coria, entre otros. En tanto que hace menos de dos semanas, el español Marc Giner cruzó con dureza a la FIT (Federación Internacional de Tenis) al decir que eran “marionetas”: había tenido que jugar seis partidos en dos días en un future de Marruecos y soportar maltratos de la organización.