“Hay una idea en la calle de falta de gestión y no es así”

Lo aseguró esta mañana en la sede del Ente Municipal de Turismo, el intendente Carlos Arroyo, quien junto al Presidente del (EMTur) Mario Marchioli, llevaron a cabo la entrega de las unidades turísticas fiscales La Perla 1,2, 3 y 4 a los concesionarios que estuvieron representados por Carlos Pilaftsidis, Juan Salvi, Ezequiel Ramos, Leandro Pilaftsidis y Natalia Puglisi.

Dicha iniciativa privada contiene la realización de obra pública por $ 50.537.887 que será realizada en un plazo de tres años, con intervenciones arquitectónicas y urbanísticas en los balnearios y en Plaza España. Sobre las UTF se ejecutarán obras propias en cada una de las unidades por $ 14.000.339 (balneario 1 por $ 3.000.629; balneario 2 por $ 3.820.752; balneario 3 por $ 3.680.197; y balneario 4 por $ 3.499.339) en tanto que las obras comunes serán por $ 36.536.970.

La presentación del proyecto definitivo estuvo a cargo de Arroyo, Marchioli, el secretario de Planeamiento Urbano, Arq. Guillermo De Paz; el empresario Carlos Pilaftsidis y los arquitectos Jerónimo Mariani del estudio Mariani – Pérez Maraviglia y el Arq. Oscar Lorenti en representación del estudio del Arq. Clorindo Testa, Arq. Oscar Lorenti.

El jefe comunal sostuvo al respecto que “hay una idea en la calle de falta de gestión y esto demuestra que no es así. Durante estos meses hemos gestionado una serie de obras, a veces no de esta magnitud por el estado deficitario en el que hemos encontrado la Municipalidad. Dentro de lo posible, hemos equipado, pintado y arreglado escuelas. Hay tres licitaciones de gran envergadura en marcha. Hemos invertido cinco millones de pesos en materiales para las escuelas. Nos hemos movido, no tengan ninguna duda. Este es el proyecto que marca el inicio de la gestión en las obras de gran magnitud”.

Asimismo, Arroyo manifestó que “este proyecto es de una avanzada total. Piensen en el tema de la accesibilidad, no es un dato menor y es importantísimo en una ciudad que no quiere  poner obstáculo de ningún tipo a la integración. También es fundamental la participación de lo público y lo privado, cosa que hasta el momento no se había logrado. Hay que creer en la iniciativa privada. Los empresarios son testigos que han llegado a mi despacho, explicaron el tema y yo firmé sin dudas ni cuestionamientos el proyecto. Confío en el sector privado y sé que Mar del Plata necesita inversiones”.

“Yo no quiero alambrar Mar del Plata, necesito que vengan inversiones porque eso significa mejoras, trabajo, profesionalismo y, en síntesis, es vida para los habitantes de General Pueyrredon. Debemos dejar atrás el miedo hacia los inversores y la persecución que durante años han sufrido, sin ningún sentido. El Estado tiene la obligación de regular, lo estamos haciendo y lo vamos a seguir haciendo”, agregó el titular del Ejecutivo.

No obstante, destacó a los estudios de arquitectura que intervendrán en este proyecto: “somos conscientes de la calidad profesional de los arquitectos involucrados. ¿Quién no conoce el Estudio Mariani o quién fue Testa? Felicito tanto a los empresarios que han confiado en este proyecto, que han arriesgado sus capitales y prestigio en este proyecto y, sobretodo, a los arquitectos que han trabajado en él. Esta obra es un lujo, sé que va a cambiar todo el sector cuando esté funcionando en plenitud. Va a traer integración, trabajo y ocupación todo el año para este sector”.

En este marco, también precisó que “Mar del Plata se ha quedado en el tiempo para aquellos que la quisieron alambrar, que creyeron que eran dueños de la ciudad y están equivocados, porque la ciudad es de todos. Esto no puede estar alambrado. Esto tiene que estar abierto a cualquier inversor que traiga buena voluntad y deseo de hacer cosas. Mar del Plata está destina a ser la capital económica de la Argentina, porque esta ciudad crece a pasos agigantados y tiene un potencial enorme desde todo punto de vista”.

Detalles de las obras

El Complejo La Perla está ubicado en Bvard. Marítimo P. Peralta Ramos entre proyección Avda. Libertad y calle Maipú. La propuesta fue presentada en el marco del proceso licitatorio “orientado a revisar en forma integral la estructura edilicia, urbanística y paisajística de las Unidades Turísticas Fiscales de La Perla a fin de ajustarla al desarrollo de una propuesta turística de 12 meses, con provisión a la comunidad de una nueva y contemporánea infraestructura de servicios y equipamiento, incorporar tópicos de sustentabilidad y accesibilidad total y proponer nuevos espacios de uso social y comunitario el tratamiento del predio completo con aporte de permeabilidad física y perceptiva en el eje ciudad-mar, circulaciones peatonales accesibles, tratamiento del borde sobre Bvard. Marítimo P. Peralta Ramos, definición de interfaces de uso (vehículo-peatón, ascenso-descenso y protección de pasajeros de transporte público), equipamiento urbano, etc”.

Los concesionarios plantean contribuir a la reformulación del Complejo La Perla en general así como a la refuncionalización del área aledaña, integrada por la Plaza España, el Boulevard Marítimo y el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. El arquitecto y artista Plástico Clorindo Testa (1923-2013), asociado con los arquitectos Juan Genoud y Osvaldo Álvarez Rojas obtienen en 1985 el Primer Premio en un concurso nacional para la intervención urbana en la zona costera del barrio la Perla, a lo largo de 5 balnearios. Organizado por la Municipalidad de General Pueyrredon, el conjunto debería reemplazar con una propuesta única y coherente a los balnearios que ya existían en el lugar. Se trataba de construcciones que representaban un conjunto desparejo, construido y remodelado en diferentes épocas y totalmente obsoleto para ese momento. Era también el único sector de playas céntricas que no estaba urbanizado.

Desde entonces Mar del Plata cuenta con un equipamiento edilicio y un espacio – concebidos por el Arq. Clorindo Testa – que han transformado el paisaje cultural en ese importante tramo de la costa marítima y han propiciado nuevos usos por parte de residentes y turistas integrando el conjunto de atributos que instalan la ciudad en el imaginario colectivo. El conjunto monumental vincula con la naturaleza y acompaña la topografía del terreno. Habiendo vivido el proyecto original es que los concesionarios apostaron al aggiornamiento del mismo pero con sus mismos ejes principales, que fueron la base del actual Complejo La Perla. Por ello no dudaron en seguir con los lineamientos del Profesor Arquitecto Clorindo Testa.

Por tanto la propuesta se orienta a un uso equilibrado del espacio, respetuoso del patrimonio, controlado en cuanto a las capacidades de carga posibles y deseables, y distribuido más uniformemente en el tiempo, de modo de encaminarse a un aprovechamiento racional y sustentable. En este sentido, los balnearios del Complejo La Perla son patrimonio local, por cuanto han sido valorados y apropiados por parte de la comunidad marplatense que los ocupa y utiliza para diversas actividades más allá de la correspondiente a balneario y más allá del período estival.

Esta propuesta adhiere a que “cultura turística” y “cultura patrimonial” no son conceptos antagónicos sino que se potencian para lograr un espacio cuyo uso y disfrute compartido entre turistas y residentes permite su adecuado mantenimiento y preservación. Tal como indica la carta del Turismo Cultural, el objetivo es lograr un equilibrio estable entre la conservación del patrimonio, el turismo y el desarrollo. Y para lograr esa articulación armónica es importante la comunicación entre los diferentes actores y que los usuarios conozcan los aspectos patrimoniales que se procura preservar.

La propuesta brinda la oportunidad de repensar y reconvertir espacios con potencialidad para perfeccionar el funcionamiento actual y desarrollar nuevos usos a través de una mirada turístico-recreativa-educativa, respetuosa del legado patrimonial y socialmente inclusiva.

Los balnearios que integran el Complejo La Perla constituyen un espacio litoral que la comunidad marplatense ha adoptado como propio desde hace ya varias décadas, adueñándose del lugar tanto durante el período estival como a lo largo del año, esto último acentuándose año a año.