Parece una burla del destino, pero desearle feliz día a los canillitas desde una página web suena a ironía: la progresiva desaparición del noble trabajo de vender diarios y revistas es seguramente un daño colateral que la tecnología ha motivado con el corrimiento del periodismo del medio gráfico al virtual.
Sin embargo hay quienes, como Alberto en su kiosco naranja de Corrientes y Alvarado, siguen estoicos, luchando contra el paso del tiempo y la modernización de los medios de comunicación. A lo que este 2020 sumó una nueva contrariedad: la pandemia de coronavirus y su impacto en la circulación de la gente en las calles. Por si hacía falta.
Pero ahí están los kioscos, todavía existen algunos en equinas estratégicas de la ciudad, más como un respeto a la tradición. Claro que algunos se han reconvertido, como se han reconvertido los diarios y las revistas, ahora difusores de noticias pero también de materiales coleccionables, libros, películas o modelos a escala de viejos aviones.
El Día del Canillita se instauró en 1947, 37 años después de la muerte del periodista y dramaturgo Florencio Sánchez. En su honor es que se conmemora la fecha.
Tal vez las madrugadas ya no estén pobladas de canillitas en bicicleta yendo a buscar los diarios, ni de esas voces características que nos avisaban que ya estaban las noticias en la calle. Sin embargo, el naranja de los módulos callejeros nos avisa que todavía ahí hay un espacio disponible para la sorpresa y las revelaciones. Y una oreja atenta para repasar las noticias del día.
¡Feliz Día del Canillita!