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El Plan A de Montenegro: Mar del Plata subsidiada

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Quedó afuera de la Nación y la Provincia en 2019. Montenegro se imagina aislado y se recluyó en la discriminación, que exponencialmente elevó su déficit de gestión propia. Son un recurso y una estrategia política que adquieren un tono de justificación y excusas tipo todo terreno. Su horizonte se replica como en 2019 cuando fue elegido, sin el presidente y sin el gobernador Mar del Plata está condenada.  Y es harto evidente que el intendente lo sabe.  Pero no tiene otro camino, nunca configuró un Plan B, y hoy tiene la manzana rodeada por una inoportuna interna del PRO, de la que forma parte por acción u omisión.

¿De qué estamos hablando? De Aprile y Duhalde, de Daniel Katz y Néstor Kirchner, de Gustavo Pulti y Daniel Scioli. Toda la clase política lo sabe pero a nadie se le escuchan palabras como austeridad y ajuste político. Los términos para la prórroga de la extensión de la moratoria para el pago de tasas, son desopilantes desde la negación del problema propio del que nadie quiere hablar. Así no se sale, pero las partes han elegido este rumbo: el de las fantasías. Tampoco desde el cuartel de Raverta pueden hablar de economía, nadie sabe, nadie contesta,  en esa encuesta tan crucial.

Una operación berreta en el multimedios techada por la protección mediática, en plena campaña se produce a 4 años de la asunción de Montenegro, no estamos en 2019. La foto con el Chiqui Tapia fue otro montaje. ¿La verdad? No tienen un presupuesto aún para la reparación del Mundialista. ¿Qué hacen? Venden el 2030 como salida.

Tampoco consultan a quienes tienen la llave de la solución y conocen de la explotación de escenarios. Es mucho más fácil, hay que ponerle onda de verdad. La gente se da cuenta cuando la están boludeando por eso crece el voto en blanco, el ausentismo electoral y el bólido electoral que introduce a Milei con un tercio incierto en muchos casos, entre ellos Mar del Plata.

El tándem Kicillof – Raverta se come todas las curvas del hombre de Tigre, pero en esta ciudad ha detectado cómo hacer valer su munición política y dónde aplicarla. Las redes sociales son insuficientes para ocultar lo que 600.000 electores ven todos los días cuando trabajan, salen a la calle,  a divertirse o sólo circulan por la ciudad. No van a ir a votar con una estampita/imagen en la mano al cuarto oscuro, asociando al intendente en una peluquería, rescatando un perro o haciendo acting con vecinos.

Preocupa la falta de criterios. El intendente tampoco acertó cuando eligió a su único socio político, que se hunde en el fragor de una competencia que le ha comenzado a cobrar su ambición y su soberbia. Maximiliano Abad cerró el comité de la UCR y las reuniones partidarias las hace en su domicilio.

Nadie habla de la Economía y de la Hacienda en la MGP. Es un tema en el cual no hay referentes ni oficialistas ni opositores, pero en el cual estriban los perfiles de la ciudad. Si hay déficit que no se note y la noticia más halagüeña que se escuchó en las últimas semanas, es que tanto a Bullrich como a Larreta (en caso de ganar ambos) aportarán fondos para reparar la deuda histórica de pavimentos y calles asfálticas con su vida útil acabada. Ergo la Mar del Plata subsidiada

Licitaciones incursas en los últimos meses de gobierno, cuya ratificación puede responder a otro dibujo en la composición deliberativa que surja en 2 meses, son señales que agregan más confusión y desconfianza. No hay reacción y todos esperan un nuevo orden político. El intento de reelección del intendente no ha salido de su burbuja. Celebra los fracasos ajenos y no los éxitos propios. Depende del valor del dólar, del litro de nafta y del kilo de asado.

 

 

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