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El Inidep traza un plan de marcación para centolla

centolla_cajon-960x700Aunque todavía no están definidos los detalles, el instituto tiene en carpeta utilizar marcas plásticas para explorar aspectos migratorios, de abundancia y crecimiento.

El Inidep tiene entre sus planes de campaña emprender la marcación de algunos ejemplares de centolla en la región patagónica centro, incluyendo aguas del Golfo San Jorge.

El proyecto, que todavía no tiene definidos sus detalles, buscará incrementar la información disponible sobre la especie y “en vistas de un posible aumento de la actividad extractiva”, según definieron desde el instituto.

El trabajo que delinearon los científicos integrantes del Programa Pesquerías de Crustáceos consiste en colocar sobre los individuos marcas plásticas; así, aportarán datos sobre procedencia y condición general al momento de ser recapturados.

Entre algunas de las cuestiones a conocer mediante el programa de marcado se destacan los patrones migratorios, la abundancia y el crecimiento.

De alto valor comercial, la centolla es un crustáceo bentónico (asociado a fondos marinos) de aguas templado-frías, que en nuestro país se concentran en la región subantártica, en profundidades que oscilan entre los 30 y 120 metros.

Principalmente, se distribuyen en Tierra del Fuego, Canal Beagle y Golfo San Jorge, aunque también existe un efectivo en aguas de la plataforma próximas al talud continental, frente a la provincia de Buenos Aires.

La especie crece mediante el proceso de muda, que consiste en cambiar su exoesqueleto (caparazón) por otro, que crece debajo del primero. El ciclo reproductivo es anual, y comienza en la primavera con la eclosión de los huevos que portan las hembras durante 10 meses, aproximadamente.

Luego del desove, se inician de manera simultánea los procesos de muda de las hembras y cópula, produciéndose la fecundación de la nueva camada de huevos.

Cada año, nuevos ejemplares de centollas ingresan a la fracción de la población que puede ser explotada de manera comercial; sin embargo, para proteger el potencial reproductivo, sólo se pueden procesar los machos, cuyo largo de caparazón sea mayor a 11 centímetros. Atendiendo a estas cuestiones, es obligatorio devolver vivos al mar las hembras y machos de talla inferior.

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