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Desesperado, Abad le mintió a los medios sobre el resultado de la Convención Radical

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El presidente de la UCR Bonaerense, Maximiliano Abad, llegó al cargo con mucha dificultad. Su triunfo no habría sido posible sin el aporte del PRO. Ganó apenas por un puñado de votos. Con él, el radicalismo siempre ha jugado a acompañar, nunca a liderar. Para renovar su cargo, se reunió con el possismo y logró una reelección sin ningún inconveniente, en armonía.

Ayer, 3 de junio de 2023, los convencionales que responden a Abad no tenían quórum propio (contrario a lo que afirmaron quienes trabajan bajo las órdenes del diputado marplatense). Por ello, debieron reunirse con los representantes de Gustavo Posse y Martín Lousteau, que representan a la mitad del partido, para acordar una forma de llevar adelante la convención. Sin mayores dificultades, las partes se pusieron de acuerdo (representantes de Abad, Posse y Lousteau).

Al terminar la convención, no sólo todo terminó en buenos términos, sino que el propio Abad habría hablado con referentes de otros espacios internos en excelentes términos y con la idea de reunirse a la brevedad.

Durante la tarde, varios medios, algunos nacionales, afirmaron que Abad había sido designado como el único representante del radicalismo habilitado para negociar en nombre de la mesa partidaria. Además, hicieron hincapié en una supuesta “operación política del possismo”, la cual afirmaba que quienes podían decidir en nombre de la mesa eran el binomio conformado por el presidente del partido, Maximiliano Abad, y el secretario general, el diputado possista Walter Caruso.

Los representantes de Abad habían tenido una postura de apertura hacia el sector de Posse, no sólo para posibilitar el desarrollo de la convocatoria, sino también para dar una señal de apertura interna y unidad. Pero Abad no tenía pensado reconocer el resultado públicamente, y las verdaderas operaciones de prensa comenzaron a salir desde el sector oficialista.

La UCR Bonaerense subió el video completo de la convención. Agencia País lo descargó como garantía, por si surgiera alguna orden de bajarlo, y lo analizó completo: inicio, temas tratados, votaciones y resultados.

La verdad es la siguiente:

Luego de tratar y aprobar la conformación de autoridades, comenzó a tratarse lo que el presidente de la convención llamó el «Tema Central», que tenía que ver con la conformación de alianzas.

52 minutos y 40 segundos: Se anunció el tratamiento referido a alianzas partidarias para presentarle a la justicia electoral.

58 minutos y 40 segundos: Se puso en consideración el artículo segundo, que habla específicamente de la mesa que tomará las decisiones.

1 hora, 1 minuto y 55 segundos: El convencional Roberto Costa propuso habilitar (y aclarando que lo hacía a raíz de lo convenido entre todos los sectores anteriormente) a Maximiliano Abad y Walter Carusso a discutir y tomar decisiones en nombre de la mesa, quedando representados con el binomio los dos sectores que conforman el partido.

1 hora, 3 minutos y 35 segundos: Se puso a consideración la votación, incluyendo la moción de Costa.

1 hora, 17 minutos y 32 segundos: Se anunció el resultado de la votación: 342 votos afirmativos, 1 negativo y una abstención.

Resultado ineludible por acción y pruebas: Maximiliano Abad y Walter Carusso serán los habilitados para negociar y tomar decisiones en nombre de la mesa partidaria.

La desesperación de Abad, quien no podrá tomar decisiones en solitario

Abad habría enviado urgentemente sus comunicados a los medios para que se publicaran cuanto antes. Como ha sucedido en varias oportunidades, Abad reaccionó con actitudes desesperadas y cargadas de vicios para entorpecer el funcionamiento democrático de su partido cuando las condiciones no son las que necesita. Horas más tarde, algunos medios decidieron corregir el contenido de los artículos agregando lo que realmente había decidido el partido, quitando la versión parcial enviada por Abad.

Lo que los propios convencionales de Abad, los representantes de Posse y los de Lousteau creyeron sería el inicio de un camino de unidad y con la mira puesta en el bienestar del partido en favor de la sociedad, se vio diluido en la acción desesperada de un presidente que nunca logró el poder interno que buscaba.

Abad debe rendir cuentas al PRO, su padrino político. Nunca llega con la noticia de una victoria contundente, sino que sus victorias son apenas logros a base de balas con pólvora mojada.

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Abad, presidente de un partido centenario cuya candidatura a gobernador nadie ha tomado en serio y cuyo liderazgo interno siempre está en duda, se hunde día a día en la desesperación por imponer su proyecto personal. Tal vez su error sea buscar desesperadamente ser el único que acuerde con el PRO y beneficiar a su adversario dentro del JxC.

Si Abad reconociera al 50% del partido que no responde a él, si simplemente los convocara y en la práctica demostrara una conducción respetuosa y democrática, podría pensar en un logro real y basado en méritos, en vez de artilugios.

Fuente 

agenciapais.com

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