Política

Covelia y el “club del cloro”, socios en un mega desarrollo de 40 millones de dólares en Córdoba

Un mega emprendimiento inmobiliario enclavado en uno de los accesos a la ciudad de Córdoba reúne a Ricardo Depresbiteris, cara visible de Covelia, y a los socios del “club del cloro”, con su rey Mauricio Filiberti, de Transclor y socio de Edenor, a la cabeza; secundado por José Iencina, del Grupo Falpat; y Walter López, de Querubín y Queruclor. Se trata de Infinito Open, con una inversión anunciada de 40 millones de dólares, que contempla un shopping, hotel, parque acuático y un arena, para grandes espectáculos.

La irrupción de Covelia en Córdoba no pasó inadvertida: el próximo año debe licitarse el servicio de recolección de basura en la ciudad, un negocio que siempre le interesa a Hugo Moyano, aunque el gremialista tiene una vieja disputa con Mauricio Saillén, líder del Surrbac, el poderoso sindicato de los recolectores de basura de Córdoba. Moyano apadrinó a Saillén en sus inicios, hasta que “el Gitano” copió el modelo sindical de Camioneros, rompió con Moyano y fundó su propio imperio político-sindical.

La sociedad de Depresbiteris, Filiberti y el resto del “club del cloro” es a cara descubierta: días atrás los empresarios se reunieron con Daniel Passerini, viceintendente de la ciudad e intendente electo. Desde el municipio se dijo que Passerini les dio el mismo trato que a cualquier grupo inversor.

De acuerdo con el anuncio, Infinito Open será un megaproyecto inmobiliario montado sobre tierras de escaso valor que tendrá un centro comercial con 2.500 lugares de estacionamiento, un hotel de 500 habitaciones, cines, teatros, salas de eventos; Water Park, un parque acuático de 50 toboganes y capacidad para 12 mil personas; un parque de deportes extremos; un arena con capacidad para 15 mil personas bajo techo y 50 mil al aire libre; y un parque temático de aventuras. En total, 40 millones de dólares. Claro que el negocio no termina ahí: resta, el desarrollo inmobiliario colindante y un polo industrial.

La irrupción de Covelia en Córdoba no pasó inadvertida: el próximo año debe licitarse el servicio de recolección de basura en la ciudad, un negocio que siempre le interesa a Hugo Moyano, históricamente ligado a la firma que dirige Ricardo Depresbiteris

Los socios cordobeses son Cristian Martín y Cristian Simasky, un empresario repostero que se hizo desarrollista urbano. Ambos iniciaron Polo 52, número equivalente a la cantidad de hectáreas afectadas inicialmente, para instalar un parque industrial. Por la ubicación del predio, fue un éxito y el parque industrial se expandió hasta las 130 hectáreas. Entonces, apareció Infinito Open, el desarrollo donde Covelia y el “club del cloro” son socios.

Obviamente, los cordobeses son bebés de pecho al lado de sus socios, aunque tienen sus antecedentes polémicos. Simasky no es querido en la localidad de Nono, una de las perlas de Traslasierras: hace unos años debió huir de esa localidad cuando quiso hacer el mega country “Cimas de Nono”. Los vecinos coparon la audiencia pública por el impacto ambiental y rechazaron el emprendimiento de Simasky. Sin embargo, los vecinos siguen en alerta: la nueva traza de la ruta 34, que domina el Valle de Traslasierra, pasa por la puerta de tres barrios de montaña, entre estos, Cimas de Nono.

Lo de Filiberti es más conocido: su patrimonio es de 300 millones de dólares y su perla, un yate amarrado en el Mediterráneo, el barco donde Juanita Viale pasó la cuarentena. Construyó su imperio a base de venderle productos químicos al Estado a través de Transclor; y hace unos años, junto con José Luis Manzano y Daniel Vida, le compró a Marcelo Mindlin las acciones de Edenor. Pusieron 20 millones de dólares cada uno. Es un negocio que disfrutarán sus herederos, hijos de tres matrimonios, cuando el mercado energético no tenga regulación de tarifas.

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