Concejales con perfume de mujer, repulgue de empanadas y dietas gordas

“Siento que los concejales varones me discriminan por ser mujer”, planteó la edil camporista Marina Santoro, en ocasión de la jornada de reivindicación y reflexión en torno al rol de la mujer en la sociedad actual, dejando atónitos a las trabajadoras de la planta permanente, asesoras de bloques y las ediles Patricia Serventich y Cristina Coria.

Acto seguido, Santoro sostuvo que “encuentro mucho prejuicio en el Concejo Deliberante a la hora de trabajar, no siento que mis compañeros concejales me traten de igual a  igual por ser mujer. De alguna manera tengo que trabajar el doble para demostrar mi capacidad y eso tiene que ver con mi condición de mujer”.

Haciendo la salvedad que “cobramos lo mismo las concejalas mujeres que los concejales varones”, la edil del Frente para la Victoria  recalcó: “siento que a veces hay ciertas discusiones de varones a las que no puedo entrar y que muchas veces, los comentarios que se hacen sobre mi persona durante las sesiones son en forma de chiste, es por mi condición de mujer”. Sentenciando que “ahí no hay chiste, hay un gran contenido cultural del patriarcado y eso nos  falta modificar dentro del Concejo”.

Por su parte, la concejal Cristina Coria intervino para acotar que “si  bien yo siento que a mí no me pasa  quizás por una cuestión de edad, por mi carácter o por lo que fuere, esto es algo que tenemos que trabajar siempre porque suele ocurrir que en los ámbitos laborales a las mujeres nos cuesta más hablar” agregando que “muchas veces pensamos que lo que vamos a decir puede ser tomado con burla o como una tontería. Por eso en muchos partidos, en algún momento, se formaron las comisiones de mujeres”.

Asimismo, Coria recordó que “en mi partido dicha comisión se creó por carta orgánica en los comienzos de la democracia porque éramos muchas mujeres haciendo nada: empanadas, repulgues y hablando con la gente. Pero en el momento de la toma de decisiones, o sea en el momento de fijar la agenda política, las mujeres estábamos ausentes. Por eso también la política se hacía casi de madrugada. Con lo cual ninguna mujer podía participar del momento de la toma de decisiones: si era joven porque estaba mal visto y si tenía hijos porque no podía hacerlo”.

A modo de colofón la avezada curul ponderó que “afortunadamente se ha recorrido un camino positivo que se debió a la Ley de cupos, la cual fue lograda porque las mujeres de los partidos básicamente radical y peronista que eran los dominantes en ese momento junto con los socialistas, se pusieron de acuerdo sobre esta cuestión”.