El juicio al violador serial Claudio Napolitano, alias “Pepino”, comenzará hoy desde las 8, en el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de nuestra ciudad. Napolitano está imputado por siete casos de abuso sexual agravado por el uso de arma de fuego y acceso carnal, más siete robos agravados por el uso de arma de fuego cometidos entre 2009 y 2013. Cabe recordar que tenía una condena previa por delitos similares, y se presume que le otorgarán la pena máxima, que oscila los 50 años.
Claudio Napolitano tiene 46 años y posee dos condenas previas. En 1996 la Justicia lo encontró culpable de haber violado a siete mujeres y lo condenó a 25 años de prisión. Sin embargo, fue beneficiado por la ley del 2×1 y solo llegó a cumplir siete de los 25 años, por lo que en 2003 quedó en libertad. A su vez, ya tenía una condena anterior a 11 años por robos a mano armada.
En lo que respecta al juicio que comenzará este martes, el mismo se desarrollará durante seis jornadas completas y habrá 16 testimonios. En el debate estarán presentes las tres partes (defensa de Napolitano, Ministerio Público Fiscal y particular damnificado) y la expectativa de la fiscalía, representada por María Isabel Sánchez, es que los magistrados Alfredo De Leonardis, Gustavo Frissore y Jorge Peralta tengan en cuenta a la hora de dar su veredicto el hecho de que el imputado ya tenía una condena previa por delitos similares.
Desde la organización EnRed, advirtieron que se harán presentes en el lugar y dieron aviso a toda la comunidad y a las diversas organizaciones a estar presentes para brindar su apoyo.
Asimismo aseguraron que “lamentablemente si la justicia no lo hubiera beneficiado en su momento, con la reducción de su condena la historia no se hubiese repetido. El violador salió, y siguió violando a más mujeres. Hoy ellas enfrentarán un juicio en el que esperamos una condena ejemplar. Estos personajes no son enfermos, son “Hijos sanos del patriarcado” que saben lo que hacen y sabiéndolo lo vuelven a hacer”.
En tal sentido señalaron que “no queremos más mujeres víctimas de violaciones ni tampoco queremos violadores que tengan los beneficios de la impunidad. Nuestros cuerpos no son campo de batalla ni propiedad de nadie. Ni de los violadores, ni de una justicia insuficiente”.
