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Charla de Ema Cibotti sobre Tolerancia 0 y Seguridad Vial

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El próximo martes 30 de Octubre a las 13 horas, en el recinto de sesiones del Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon, se llevará a cabo una Charla a cargo de la historiadora y activista social Ema Cibotti sobre el tema “Tolerancia 0 y Seguridad Vial”.

La misma, organizada por el Concejal Mario Rodríguez, está dirigida especialmente a concejales, funcionarios e integrantes de ONG´s de lucha contra la violencia vial, pero es abierta a todo aquel que quiera participar.

Durante la actividad, se hará entrega de un reconocimiento a Ema Cibotti, por su trayectoria como especialista en Historia Social Argentina, como así también por el compromiso permanente en la lucha contra la violencia vial.

Ema Cibotti (Buenos Aires, 1956) es profesora de Historia por la Universidad del Salvador y master en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Se ha especializado en Historia Social Argentina del período de la gran inmigración 1870-1930.

Dirige la carrera de Historia del Tango del Centro Educativo del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, (CETBA) ex Universidad del Tango. Se dedica a la divulgación histórica y a la formación docente, y dicta seminarios en diferentes unidades académicas del país.

Es autora de numerosos artículos académicos y de divulgación, así como de textos para la educación básica y de especialización para la formación docente. Ha publicado “Sin espejismos”; “Versiones, rumores y controversias de la historia argentina (2004); “Queridos Enemigos”, De Beresford a Maradona, la verdadera historia de las relaciones entre ingleses y argentinos (2006), en él advierte que la enemistad de la Argentina con Inglaterra es algo reciente. También cuestiona el papel del “nuevo revisionismo” mediático, al que adjudica una mirada “fatalista y paralizadora” de la historia; “Historias mínimas de nuestra historia” (2001), y “Luto en la Guardia Nueva. Cuando Buenos Aires lloró a Gardel” (2016).

Ema Cibotti tiene una carrera profesional cargada de pergaminos: es una reconocida historiadora, con un master en Ciencias Sociales y en 2010 recibió la Orden al Mérito por su tarea de divulgación histórica, una distinción que otorga la República Argentina.

Pero la muerte de un hijo la colocó en una posición que jamás imaginó, porque se transformó en una persona que combate activamente lo que ella describe como “violencia vial”. El corte en su vida llegó el 14 de mayo de 2006. Ese día, su hijo Manuel Lischinsky (estudiante, de 18 años) fue atropellado por un auto conducido a toda velocidad por Nicolás Piano (20 años). Manuel, junto a dos amigos, estaba parado en la plazoleta circular del Monumento de los Españoles, en el cruce de las avenidas Sarmiento y Libertador. Volvían de bailar y tiraban monedas en la fuente al pie del monumento; buscaban suerte en un examen. De pronto, el Volkswagen que conducía Piano se subió a la vereda y los hizo volar por el aire. Manuel llegó a la guardia del Hospital Fernández agonizando pero no pudieron salvarlo.

Tuvieron que pasar cinco años hasta que la Justicia sentenciara a Piano a tres años de prisión en suspenso y diez años de inhabilitación para conducir. “El primer informe policial decía que Piano estaba solo, cuando en el auto había siete personas; que no estaba alcoholizado, cuando en realidad se negó a hacerse el control de alcoholemia. Pero el médico que lo atendió en la guardia dejó escrito que tenía fuerte aliento etílico. Cuando yo estaba sumida en el trauma más absoluto, mi marido salió a buscar la verdad. Después, él murió de un cáncer fulminante. Mucha gente me dijo: ‘Dejá ir a Manuel, olvidate’. Pero saber cómo había muerto marcaba la diferencia entre enloquecer y no enloquecer, aunque la realidad fuera dolorosa”, contó Cibotti.

Desde Activvas (Asociación Civil Trabajar Contra la Inseguridad y la Violencia vial www.activvas.org) promueve el debate en torno a este tipo de conductas y destaca la labor que se realiza en las guardias de los hospitales. “Tomar un vehículo no es un derecho inalienable de una persona, ni es un derecho personalísimo; no se trata de quitar derechos. En realidad es una posibilidad que se le da a una persona que cumple con los requisitos legales. Si cumplen, se les otorga un registro, si no se cumple, se le quita esa licencia”, opinó.

Desde 2010, preside la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial y la Violencia con Acciones Sustentables (ACTIVVAS) y también colabora con la Asociación Usina de Justicia, para poner freno a la violencia vial, y conduce el programa radial “S.O.S. Factor Humano”. Es miembro de Usina de Justicia, organización que lucha por el derecho de las víctimas del delito común.

Es “Madre de una víctima vial”. Así se presenta Ema Cibotti cuando debe elegir entre sus diferentes identidades: la profesional, de historiadora, o la de activista social, en pro de una sociedad que cuide a sus ciudadanos de la violencia y de los accidentes de tránsito evitables.

A lo largo de los años que lleva detrás de este tema descubrió que la problemática de la seguridad vial recorre un pensamiento transversal en toda la sociedad: “En cualquier ambiente (políticos, dirigentes, personalidades) y en todas las clases sociales, hay quienes se preocupan y quienes relativizan la cuestión. De la misma manera, hay quienes ejercen un nivel de violencia vial terrible y quienes, al protagonizar un accidente y matar a alguien, quedan profundamente tristes de por vida”.

La historiadora ha manifestado en una entrevista reciente que: “Mi obra no es filantropía, ni caridad, ni es limosna, ni es solidaridad social, ni es beneficencia. (…) Para mí, es estrictamente justicia (…) La limosna y la beneficencia son para mí ostentación de riqueza y de poder para humillar a los humildes”.

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  1. Toleransia cero

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