Política

Barrionuevo y la feroz interna en el sindicato de Seguridad preocupa a Moroni

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El desborde de la interna en el sindicato de empleados de seguridad, que esta semana derivó en un enfrentamiento a balazos en la sede de Unión del Personal de Seguridad de la República Argentina (UPSRA) en la zona del Abasto, preocupa al gobierno.

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, sigue de cerca la evolución de la disputa entre los dos líderes del sindicato que están enfrentados, ambos denunciados por malversación de fondos.

Los enfrentamientos de esta semana son un episodio más de una larga pelea por el poder en el sindicato, que está intervenido desde fines de 2016. La UPSRA reúne a vigiladores privados, patovicas, policías exonerados y ex espías, y cuenta con alrededor de 15.000 afiliados.

Está controlado desde hace tres décadas por Ángel Alberto García, un histórico aliado de Luis Barrionuevo y la obra social es administrada por su pareja, María Celestina Ferrara. García y Ferrara enfrentan denuncias por fraude, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito en la justicia federal. Fueron acusados en un principio por Patricio Lombilla, uno de los ex interventores del sindicato, quien acusó irregularidades en el manejo de los fondos de la obra social.

El sindicato de empleados de seguridad tiene unos quince mil afiliados, entre los que revistas vigiladores privados, policías exonerados, ex espías y patovicas. La tutela de Barrionuevo se vio desbordada por la pelea entre sectores que esta semana derivó en un enfrentamiento a tiros.

El expediente sumó luego una presentación judicial realizada por el dirigente opositor Roberto Alejandro Ramírez, quien acusó a García y Ferrara de constituir un holding de empresas cercanas que prestaron servicios al sindicato y a la obra social vinculadas a la limpieza, transporte, medicina, publicidad y servicios jurídicos.

En medio de esa ya de por si compleja situación, se desató una pelea entre sectores del sindicato por el control de la UPSRA. Cuando la Justicia desplazó a García, Barrionuevo impulsó a Leónidas Requelme como sucesor. Sin embargo, García luego fue restituido y comenzó la lucha por el liderazgo del gremio con Requelme, quien tomó la sede de UPSRA, subiendo el tono del enfrentamiento.

La situación se desbordó esta semana cuando un grupo que presuntamente responde a García y Enzo Ferrara, hermano de Celeste Ferrara, atacó a tiros y piedrazos el edificio para romper la toma del sectores de Requelme.

En ese complejo panorama interno surgió un nuevo grupo que propone mediar entre los sectores enfrentados y darle a la UPSRA una vida sindical más razonable.

Este grupo que cree que el gremio necesita una renovación de su dirigencia creó el Frente de Agrupaciones Unidas (FAU) y logró sumar representantes en diez provincias.

Está integrado por dirigentes de los distintos sectores y cuenta con 10 de las 21 autoridades del gremio que habían llegado con la lista de Requelme y renunciaron luego que la justicia no avalara ese elección.

En el gobierno el tema preocupa y Moroni esperaba tener normalizado el gremio antes de las elecciones, pero no fue posible. Ahora se espera incluso algún rebote en la interna sindical según sea el resultado de las elecciones generales de noviembre.

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