La Iglesia Católica dio el primer paso a un proceso de cambios en los lugares más importantes con la designación del arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el organismo que congrega al casi centenar de obispos del país, en reemplazo del saliente cardenal Jorge Mario Bergoglio. La elección tuvo lugar esta tarde, durante el segundo día de deliberaciones de la asamblea plenaria de obispos que se desarrolla en la casa de ejercicios espirituales “El Cenáculo”, en la localidad bonaerense de Pilar.
De esta manera, Arancedo, de 71 años, sucederá por los próximos tres años a Bergoglio, quien no pudo ser reelecto presidente porque cumplió dos períodos consecutivos. También fueron elegidos el arzobispo de Neuquen Virginio Bressanell, para la vicepresidencia primera, y el arzobispo de Salta Mario Cargnello, como vicepresidente segundo.
Como vicepresidente segundo, Arancedo esbozó la línea más dialoguista del Episcopado y, aunque sin un claro liderazgo, a partir de la inminente salida de Bergoglio fue quien sonó con más fuerza para manejar los desafíos pastorales y políticos de la Iglesia en los próximos años, en particular la relación siempre difícil con el Gobierno y el casi seguro debate por el aborto en el Congreso.
La votación para elegir al sucesor de Bergoglio, individual y secreta entre cada uno de los 90 obispos en condiciones de sufragar, fue muy reñida entre Arancedo y Bressanelli, y debió repetirse tres veces ya que ningún candidato lograba obtener los dos tercios necesarios de los votos en las dos primeras instancias.
Finalmente, tal como establece el estatuto de la CEA, en una tercera votación se impuso Arancedo, por ser el obispo más votado, según explicaron fuentes del Episcopado.
Tras la conformación de la comisión ejecutiva, los obispos comenzaron a votar esta tarde las presidencias de las comisiones episcopales. Así, fue designado el obispo de San Miguel, Sergio Fenoy, como titular de la de Fe y Cultura.
Durante el resto de la semana, los obispos se dedicarán a definir la conformación de las restantes comisiones; entre ellas la estratégica Pastoral Social, actualmente presidida por el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto -que tampoco puede ser reelegido- y para la que se menciona al obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, de destacada actuación en diversas problemáticas de índole social.
Además de los cambios en la Conferencia Episcopal, Bergoglio deberá elevar en diciembre su renuncia al Papa como arzobispo de Buenos Aires por llegar a la edad límite. Pero, como suele ser de práctica en estos cargos, se descuenta que Benedicto XVI lo prorrogará un par de años.