La conducción del CED, último bastión monopolizado por la pata universitaria de la UCR, es en la actualidad el paradigma de la burocracia estudiantil su forma de proceder se basa en violentar reglas básicas que hacen a la democracia en la facultad para de esa manera perpetuarse en el poder, resultando vergonzante para la universidad pública.
El día de ayer se realizó sin ningún prurito la asamblea de Memoria Balance de gestión con el agravante de encontrarse dicha casa de estudios en receso vacacional, es decir sin estudiantes, y no elaborando debidamente el balance financiero de los gastos realizados por la agrupación Radical-Denarvaerista, por lo que la convocatoria, que debe ser difundida en forma pública y el desarrollo de la misma en el que existieron amenazas, insultos y patovicas fueron totalmente ilegítimos.
Estudiantxs independientes y diversas agrupaciones entre las que se encontraban el Movimiento Universitario Sur, Cauces y Avanzada decidieron concurrir a la asamblea, al enterarse sobre la hora de su posible realización. Tras la llega inesperada, automáticamente los jóvenes radicales procedieron a votar sin exponer previamente el cálculo de gastos, pérdidas y ganancias, es decir la rendición de cuentas, no permitiendo visualizar el contenido de las actas e impidiendo además el uso de la palabra al resto de los presentes, entre amenazas y patovicas, al igual que el año pasado.
La Franja Morada hizo oídos sordos a la exigencia de voz que se solicitaba, imposibilitando generar una moción que proponga la realización de un balance transparente y serio como un centro de estudiantes tiene la obligación. Vale aclarar que en dicha circunstancia se visualizó la presencia de graduados, actualmente empleados en el bloque de la UCR en el concejo deliberante, quienes también firmaron las actas, acción que refleja una vez más su impunidad.
Seguiremos denunciando estas prácticas que tiñen de indignación al claustro estudiantil.