Política

Los intendentes enfrentan el ajuste que plantea Milei con medidas dispares

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Quizás quienes se lleven la peor parte del ajuste fiscal promovido desde el Gobierno Nacional por Javier Milei sean los intendentes. Son los funcionarios que más contacto directo tienen con sus votantes y los que menos margen de maniobra tienen. Mientras Axel Kicillof evalúa crear su propia moneda, los municipios no tienen más alternativas que achicar gastos. ¿Qué están haciendo?

El caso más resonante, hasta ahora, fue el del partido de Pellegrini donde el Concejo Deliberante aprobó, gracias a la mayoría oficialista, una actualización de las tarifas que cobra el hospital municipal. Desde la gestión de Sofía Gambier aclararon que mantendrán la atención gratuita quienes tengan “necesidades básicas insatisfechas”, pero los que puedan pagar deberán hacerlo. Un parto, por ejemplo, cuesta más de 300 mil pesos.

Otra iniciativa que se está expandiendo es la de reducir la jornada laboral de los trabajadores municipales. Mar Chiquita, administrada por Walter Wischnivetzky, la implementó a fines de diciembre con regímenes de 30 y 40 horas semanales para evitar aumentos salariales.

General Villegas, distrito gobernador por Gilberto Alegre, hizo lo propio, pero su decreto llegó a la Justicia. Los sindicatos que nuclean a empleados municipales presentaron un pedido de medida cautelar para frenar la reducción de la jornada, pero no tuvieron éxito. “La Justicia dictaminó que no puede suplir de ninguna manera el Poder Ejecutivo que es el que tiene la administración general del municipio”, dijo el jefe comunal al celebrar el dictamen que, seguramente, llegará a otros alcaldes bonaerenses.

En Villarino, partido del sudoeste de la Provincia, sucede algo similar que también generó tensión entre la gestión y la dirigencia gremial. El intendente local, Carlos Bevilacqua, dispuso una feria administrativa de un mes (entre el 15 de enero y el 15 de febrero) que redujo la atención al público de las distintas áreas municipales. Desde el sindicato de municipales denunciaron que los trabajadores son “forzados a tomar licencias con el argumento de una emergencia económica“.

Un área que suele sentir los recortes presupuestarios tempranamente es la de cultura. La Municipalidad de Ensenada, por caso, fue por ese lado al suspender el carnaval, un evento masivo y multitudinario que suponía una inversión de 100 millones de pesos para la gestión de Mario Secco. A través de un comunicado oficial, la comuna explicó que pretende “orientar mayores recursos a la compra de alimentos, medicamentos y el funcionamiento de los servicios esenciales”.

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