Vendedores ambulantes vendieron 0,023 hamburguesas entre espectadores de River – Boca

“La peor temporada de todas, no tengan dudas, nunca vi algo así” comentó un vendedor ambulante de hamburguesas en el Estadio Mundialista, el último sábado en oportunidad que el espectáculo de mayor convocatoria del verano,  se desarrolló en el marco de desbordante expectativa.En El Ceibo (la tradicional casa de empanadas de Luro y Santiago del Estero), como lo hacen siempre los vendedores ambulantes, se habían reunido al término de su faena para recuperar energías, descansar, comer algo e hidratarse, y por supuesto cómo les había a cada uno en su rubro.Hacían las cuentas de lo que habían vendido. “Yo mi plata la hice (cada hamburguesa sin nada -sólo aderezo- costaba $ 25.-) pero esto no es así, nos tiene que quedar mucha más plata, ¿Cuándo tenemos otro espectáculo así? Éramos siete vendedores de hamburguesas para atender todo el Estadio (excepto los puestos fijos) y vendimos en las tribunas entre 80 y 120 hamburguesas, un promedio de 100 cada uno, una miseria”. Fueron 700 unidades divididas entre 30.000 personas.Si nos atenemos a que asistieron 30.000 personas y se vendieron sólo 700 hamburguesas, cada espectador consumió 0,023 hamburguesa, un ejemplo de cómo es el consumo durante la temporada. ¿Quién cuando va a la cancha no se tienta con una hamburguesa o un choripán a la entrada? Una gran mayoría, pero evidentemente es notable la pérdida del poder adquisitivo. Entre cuatro con su respectiva gaseosa se volaban $ 200.- para dejarte con más hambre todavía como suele ocurrir.

Pero el vendedor ambulante fue más allá. “Ahora viene la Davis (con Italia) y no podes vender, porque no se puede gritar ni te podes mover, después nos viene el “viejerío” (por marzo) que no te gastan una moneda. Esta temporada ya fue olvídate” reflexionó este hombre curtido y muy ducho, con los números que se manejan en espectáculos públicos de esta naturaleza.

A los heladeros, pochocleros y vendedores de gaseosas no les fue mejor.