Cabe recordar que el problema de la nocturnidad y del desarrollo de actividades que no se ajustan a los rubros habilitados no es exclusivo de Alem, aún reconociendo la enorme magnitud que toma en dicha zona, sino que afecta a otros sectores de la ciudad uno de los cuales es nuestro barrio y calles cercanas. No es casual que desde hace más de diez años se hayan sancionado ordenanzas que suspendieron primero y excluyeron después, usos de suelo vinculados a la gastronomía y el esparcimiento
A tal punto la nocturnidad generó problemas en Yrigoyen que en el año 2004 se excluyó a esta zona de la posibilidad de brindar espectáculos en vivo en establecimientos gastronómicos. Claramente esto se debió a las comprobadas molestias, a los ruidos, al descontrol y a las reiteradas transgresiones por parte de los bares (convertidos en boliches) de las ordenanzas y de todo código de convivencia. Parte de estos problemas se debe a que muchos de los bares y resto-bares funcionan en inmuebles que fueron construidos para ser viviendas y lógicamente no están estructuralmente adecuados para otros fines.
El proyecto de fijación de horarios puede ser una buena oportunidad para que el Honorable Concejo Deliberante aborde integralmente la problemática que genera la nocturnidad, tanto por su impacto sobre la salud de los jóvenes como por el conflicto que genera en distintas zonas residenciales de la ciudad, lo que viene generando múltiples denuncias por parte de los vecinos directamente afectados por la mencionada situación. De establecerse el tope sólo en una zona, lo único que se lograría es el traslado masivo de jóvenes hacia otras arterias sin horario de cierre, empeorando la situación que se desea mejorar.
Por último, creemos oportuno recordar que en Yrigoyen está “expresamente prohibido” el baile y no hay establecimientos habilitados para ello.
