Una historia del Far West en el Barrio Termas Huinco a juicio oral

Propia del lejano oeste en EE. UU, pero con 150 años de indiferencia. Una clara demostración de involución social. Falta un patíbulo con la horca. Un hombre cuyo hermano fue asesinado, defendió a una familia de turistas en un asalto, fue atacado a balazos y en el mismo hecho abatió a un delincuente. Luego lo marcaron como un “justiciero” y fueron por él, recibió cuatro puñaladas en un ataque sospechado como venganza. Ahora la justicia eleva su caso a juicio oral, ya que el fiscal Juan Pablo Lódola, entiende que incurrió en “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

Puede ser el argumento de una película del género, que hiciera furor cinematográfico con otros protagonistas y con otros paisajes. No se trata de ni de Gary Cooper o John Wayne, ni el escenario Texas o Dallas.

Es en el 2013, lo protagoniza un comerciante y los hechos se desarrollan en el Barrio Juramento, en un escenario donde la inseguridad es moneda corriente. Como no podía ser de otra manera, queda bajo la órbita de evaluación, cómo, cuándo y de qué manera actúa la justicia, y cuáles son los mecanismos, que protegen en este contexto al habitante que debe actuar en defensa propia, que puede recibir una condena efectiva de varios años de cárcel.

La pesadilla de Walter: el lugar de los hechos a la luz del día.

Por otra parte, poco se conoce sobre cuál ha sido la suerte, de quién asesinó al hermano del involucrado, quiénes le dispararon sin lograr su propósito de matarlo y tampoco de quienes, marcándolo como un justiciero, le asestaron cuatro puñaladas, que lo dejaron al borde de la muerte. Es la descripción de los hechos. Así el servicio de la aplicación de justicia, se desvanece como efectiva, y sobre todo, que no hay justicia para todos, o que la misma se ajusta a cánones de parcialidad, o sea la peor de las consecuencias.

Venganza: Algunas de las heridas que sufrió Walter luego de luchar con delincuentes.

La siguiente es la historia que logró reconstruir mdphoy.com :

Walter Donoso es un comerciante y ex taxista de la ciudad, que todos los días trabaja desde hace 10 años en su almacén de Juramento 1591,  para que sus tres hijos y su madre, tengan lo necesario para vivir de la mejor manera posible.

La vida de Walter se fue oscureciendo con el tiempo. En el 2003, justamente en la puerta del comercio, cuatro delincuentes armados fueron por la recaudación de la jornada y mataron a su hermano.

Por el hecho fue apresado uno de los presuntos autores que resultó ser menor, pero con un prontuario bastante importante. Él homicida fue derivado al Centro de Contención de Menores de Batán, donde escapó y nunca más supieron de él. Sin dudas un duro golpe para éste cincuentón de voz calma.

No sería el primer revés que Walter recibiría. Su padre poco después falleció, ya que nunca pudo superar la pérdida de uno de sus hijos.

Luego que la ciudad se convirtiera en un caos, debido a los innumerables saqueos, que se suscitaron en diciembre pasado. Walter tuvo que custodiar su negocio, durmiendo fuera del mismo y armado por si recibía visitas poco gratas, ante la ausencia de vigilancia policial.

El 23 de diciembre de 2013, la vida del cincuentón cambiaría para siempre. Alrededor de las 22, se retiraba para su casa en su automóvil particular y en la intersección de Tripulantes del Fournier y Marcelo T. de Alvear, una pareja de motochorros a bordo de un rodado de baja cilindrada y con pedido de secuestro, interceptó un taxi el cual estaba dejando a una familia, que se aprestaba a pasar unos días en la ciudad.  Exigiendo el dinero y sus pertenencias, los hampones actuaron rápido, pero no contaban con la presencia de un protagonista que en principio como testigo observó la escena. En su intento de evitar el hecho, tomó el arma de la guantera para disuadir a los delincuentes. Uno de ellos lo observó y le efectuó un disparo huyendo a la carrera, mientras que el conductor de la motocicleta decidió encarar la humanidad de Walter quien gatilló su pistola calibre 9 mm, el proyectil impactó en el tórax del malviviente, que unos metros después perdería la vida.

Luego el desasosiego y la oscuridad. Detenido por el personal policial en la DDI local y después su paso por tribunales sin poder entender lo que estaba sucediendo. “No entendía nada y estaba muy asustado, lo único que intenté fue ayudar a esa pobre gente”, aclaró Walter a este portal.

Pero no todo terminó ahí, la vida lo pondría a prueba una vez más, otro escollo para sortear. El 4 de febrero de este año, muy cerca de la hora de cierre, recibió la inesperada presencia de dos malvivientes que sin dudar le gatillaron varias veces en la cabeza con la intención de matarlo, “sólo Dios sabe cómo aquel revólver no disparó”, afirmó al víctima. Walter se defendió y retuvo a uno de los sujetos, mientras que el otro lo apuñaló en cuatro oportunidades hasta dejarlo mal herido. No todo terminó allí ya que cuando los hampones se retiraban señalaron: “vos no te vas a hacer más el justiciero”.

El comerciante fue rápidamente trasladado al Hospital Interzonal donde recibió las primeras curaciones. “Los médicos me dijeron que tuve mucha suerte ya que el cuchillo con el que me hirieron no tocó ningún órgano vital”, agregó.

Le tomaron declaración y desde el primer momento trató de vincular los dos casos, por el claro ataque que había sufrido, “me vinieron a matar por defender a una familia inocente a la cual amenazaban con armas”, declaró Walter exaltado.

Más tarde llegaría la hora de vincular los hechos con la secretaría del fiscal Juan Pablo Lódola, pero según se indicó que al no poder reconocer  a los atacantes, es imposible relacionarlos.

Por su parte el fiscal Lódola caratuló la causa como“homicidio agravado por el uso de arma de fuego”,  y ahora deberá esperar el juicio oral para ser juzgado.