Ciudad, Información General

Se quebró el Frente Para la Victoria en Mar del Plata

El intendente “K” Gustavo Pulti, provocó la fractura del Frente Para la Victoria en Mar del Plata. Daniel Rodríguez se alineó con el vino de misa y el papel higiénico a los que abona el embajador argentino en Venezuela, ingeniero Carlos Cheppi, y llamó a votar por el “NO”.

El más retrogrado (de toda la historia) de los dirigentes del P.J. marplatense, aislado hasta en el gremio de los Casineros, menemista, duhaldista y kirchnerista, aún ostenta para los micrófonos fáciles del periodismo marplatense, algún saldo a favor y vierte algún mensaje difuso. Rodríguez ha sobrevivido a la pendular  sombra peronista en Mar del Plata, y trata de asirse a algo que se le parezca. Lo mismo hizo con  Daniel Katz y Felipe Solá, hablando de pertenencia y ha sido un solapado socio de Florencio Aldrey Iglesias. “El Angel Rubio” (como a Astiz)  también lo llaman a Rodríguez que  ahora se diferencia de Niella (Kunkel), Lalanne, Filippini que han decidido por ir por más saqueo a los flacos bolsillo marplatenses.

Daniel Rodríguez, ha vivido durante décadas de cuatro frases de Juan Domingo Perón, toda una virtud sin lugar a dudas. Fue compañero como telonero de José López (nº 2 de Julio De Vido) cuando se lanzó Cheppi en Once Unidos. Hay que conocerle el pedrigree y sino preguntarle a “Pepe” San Martín como jugó Daniel Rodríguez en la privatización de los Casino en la década del ´90.

La actual malaria de los casineros (el gremio más próspero de la ciudad durante años) es adjudicada a Daniel Rodríguez, por eso anda con careta por la ciudad. Ahora opina de la policía municipal, ¿pero alguien lo vio en alguna marcha contra la inseguridad? hay quienes pagan $ 1.000.000.- por una foto con familiares de algunos de los que han dejado la vida, por vivir en la ciudad, cuyos habitantes han votado a Daniel Rodríguez para que viva de la mala política, forma parte de los 30 años de gobierno justicialista en la Provincia de Buenos Aires.

Que vote por el “NO”, es absolutamente insignificante, no ayuda a nadie ni a favor ni en contra. ¿El aparato no se jubila a los 65? Pero le falta poco.

 

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