Jorge Elias Gomez, Opinión

Passarella, con la democracia derrotó al aparato

Daniel Albero Passarella se impuso con alrededor de 7.000 votos, precisamente la cantidad de socios que hicieron la diferencia, en relación a la cantidad de sufragios que se emitieron en las últimas elecciones del club.

Esos votos, son los votos del aparato, los que ganaban las elecciones sin el compromiso de la gente de River. Ese es el esquema con el que gobernó a Aguilar. Ahora con el club en bancarrota, con un plantel diezmado, cerca de la promoción, lejos del titulo de campeón y afuera de la Copa Libertadores, endeudado hasta los ojos, el socio fue a votar en un día de lluvia y desapacible.

El Gran Capitán cuando lanzó  su campaña, no dejó de repetir que para ganar necesitaba que la gente fuera a votar, después no importaba el resultado, pero era ineludible el compromiso con la divisa, con la identificación, con los colores por los cuales se grita, se discute, se llora y se disfruta. La pasión que muchas veces supera la razonabilidad, así son los sentimientos.

Daniel Alberto Passarella, como cuando se puso cada camiseta que vistió, jugó a fondo. Fue por la presidencia de la institución que le dio todo, seguramente abrazado con Angel Amadeo Labruna, desafiando una campaña sucia que lo tuvo como objetivo, en algunos canales de televisión y en una intromisión guaranga, desatinada y sospechosa, como la de un conductor de un programa de chimentos de espectáculos, que confundió su rol, cuando estaba nada menos que en juego el futuro de su club.

Passarella no alquiló  su apellido y su trayectoria, no lo prestó, fue con los tapones de punta, reciamente fue por todo y se instaló como candidato. No fue un gris ni un tibio, salió a defender su prestigio ante la infamia, no se mezcló en los pliegues del proselitismo barato, tuvo propuesta y fue concreto.

No dudó en decir que iba Europa a aprender. A visitar clubes, concentraciones a reunirse con los cracks contemporáneos a su carrera profesional, como Platini y Beckembauer, Passarella no tuvo ninguna vergüenza para explicar que tenía incorporar conocimientos, se preparó para ser el presidente del club más grande la Argentina.

Esos votos que lo acompañaron fueron la diferencia. La diferencia que entre el conformismo y el compromiso. A Passarella los socios lo fueron a votar, no los llevaron para que lo voten. Tampoco fue quien invirtió una fortuna para ser el presidente, y esto es muy importante, ya que dignifica aún más la calidad del voto del socio de River, que esta vez no se dejó confundir con los slogans fáciles.

Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com

2 Comentarios

  1. Grande el Kaiser

  2. me parece que no hay seriedad en está nota y todo son elegios para daniel , está claro que no es ningún santo

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