Política

Mar del Plata y la pesca reflejan la decadencia de las políticas públicas en el manejo del sector

Las oportunidades perdidas que no volverán a recuperarse.Los recientes hundimientos del Repunte y Rigel, entre otros, desembocan en juicios millonarios en los cuales predominan subsidios, indemnizaciones, seguros, permisos de pesca y seguros de vida. Tras cada siniestro y tragedias que vive la familia de los pescadores, hay una historia que envuelve a los trabajadores del mar, el sector más vulnerable de la actividad que genera ingresas miles de millones de dólares. Las pérdidas de seres queridos, familias destruidas se convierten en el foco de la pesca en Mar del Plata.

Quedan la desocupación, el abandono, los desaciertos y un sector que se posterga año tras año, hasta llegar al colapso. El laudo entre trabajadores y empresarios, la intervención de los sindicatos y las empresas que conforman las cámaras del sector, no sólo son parte del problema sino los responsables. Resulta imposible que un país se recupere y estabilice sino se logran compatibilizar sus intereses. El valor del dólar, las erráticas políticas cambiarias,la oportunidad de las capturas de las especies más rentables, la renovación de la flota, las peleas sectoriales por falta de rentabilidad y un sinnúmero de actores que participan de la torta que se fue achicando, hasta que las inversiones terminaron derivadas a las provincias patagónicas.

Cómo se compatibiliza la caída de la actividad con la desocupación, la modernización de plantas de faenar, elaboradoras y procesadoras vieron cerrar sus cortinas y no levantarse jamás. Hay dueños de astilleros, propietarios de buques y empresarios que tras sus especulaciones económicas, han ido empujando junto a decenas de sindicatos a la debacle generalizada de la producción. La mayor representación de los frutos de mar ha pasado a ser noticia de las rabas y cornalitos  que se consumen los fines de semana largo. La porción menos significativas de toda la cadena.

Silvia Naishtat con el titulo “El boom del langostino revoluciona la pesca” que publica en Clarín, considera que  “moviliza inversiones millonarias con la llegada de empresas españolas y chinas que se suman a la fuerza locales. Pero puso en jaque a Mar del Plata”.

Algunos no lo pueden creer, pero un manejo inteligente y el agua de mar un poco más cálida ayudaron a una misión que rozaba lo imposible.

Así, se logró que Argentina pase de una modesta captura de langostinos, a transitar un corredor creciente que la llevó de 40.000 toneladas anuales a las 241.514 que se contabilizaron en 2017. Los langostinos aportaron US$ 1.200 millones, que sumados a otros pescados generaron US$ 2.000 millones en la exportación sectorial del año pasado.

En el país de la carne, la pesca superó a una industria que fue número uno durante varias décadas seguidas y ya figura como el octavo complejo exportador del país.

La actividad es, además, una de las pocas que exhibe cifras de crecimiento de doble dígito, mientras otros sectores están en franca declinación.

“Nos hemos vuelto langostino dependientes y con menor precio, porque supo estar en US$ 15.000 y hoy no pasa de US$ 7.000 la tonelada”, dice Eduardo Boiero, presidente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores (CAPeCA).

-¿Los beneficia el dólar alto?-, se le pregunta.

-Relativamente. El grueso del costo son combustible y salarios, y ambos están dolarizados, fue la respuesta.

El langostino es un crustáceo que se captura a ocho y nueve grados de temperatura, entre los 80 y 100 metros de profundidad del mar. Su ciclo es de un año a año y medio, período en el que nace, se reproduce y muere. La temporada de pesca va de junio a noviembre en Madryn o Puerto Deseado, Y en Rawson, de noviembre a marzo.

En cualquier caso, el boom moviliza inversiones millonarias. Una significativa fue de la española Ibérica de Congelados (Iberconsa), con varios años de merlucera en el país y desde 2017 controlada por el fondo de inversión Portobello.

Su ingreso desató un raid de compras que incluyó barcos de Pesquera Santa Elena, de la marplatense Valastro y de Pesquera Santa Cruz, también española y adquirida este año.

Iberconsa está escalando velozmente a la cima de un ranking que hasta ahora se disputaban Newsan del rey de los electrodomésticos de Tierra del Fuego, Rubén Cherñajovsky, y la española Conarpesa.

También está terciando la marplatense Moscuzza, que abrió la billetera para ampliar flota, y el grupo chino Dalian Huafeng, que se quedó con la española Arbumasa y es dueño de la marplatense Ardapez.

De la mano del langostino, la industria vive una transformación, y muchos que se dedicaban a la merluza con epicentro en Mar del Plata, mandan sus barcos a la Patagonia.

La flota marisquera incluye buques que procesan y congelan el crustáceo a bordo, y buques que, como los marplatenses, lo conservan en hielo y lo traen a tierra para su procesamiento en planta.

El problema es la obsolescencia, que se está volviendo insostenible. En un país de frazada corta, mientras en el sur la actividad hierve y suma su cuota de naufragios mortales; en Mar del Plata hay plantas vacías y exportaciones en caída.

Cercado por los costos y la competencia asiática en Brasil, su mercado principal, el modelo está en problemas, y seguramente es tema de la mesa sectorial que volvió a reunirse en Mar del Plata bajo la batuta del presidente Macri. En la agenda figura renovar los barcos. Allí, previamente, Macri se reunió con familiares de las tripulaciones del Rigel y el Repunte, dos sonados naufragios. Después, con empresas y gremios, fue taxativo: “No puede ser que cada vez que pasa un accidente digamos que es error humano. Con barcos con más de cincuenta años de antigüedad, no es creíble”.

4 Comentarios

  1. @Políticoscorruptos toda la vida haciéndose los boludos, ojalá lo paguen con la salud de sus nietos eh hijos..Si el de arriba es justo..?

  2. que novedad novedosa

  3. No querían un cambio? Bueno ahora ajo & agua.

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