Arte y Cultura

Eros Van y Cristian Dalgaard exponen en Arte en el Centro

VANZ -PAREJAEl tradicional ciclo “Arte en el Centro”, inspirado y desarrollado por el Centro de Constructores y Anexos, se apresta a inaugurar el viernes próximo, a las 20, una nueva muestra plástica con obras, en este caso, de dos artistas locales de amplia trayectoria cuyos trabajos no solo han recorrido importantes salones dentro y fuera del país, sino que también acumulan distinciones, menciones y premios en diferentes exposiciones de Latinoamérica y Europa.

Como está dicho, en esta oportunidad el salón de usos múltiples de la entidad empresaria de los constructores, Av. Independencia 2249, estará dedicado a las obras del escultor Eros Vanz, que de esta forma, con sus trabajos, se apresta a celebrar jóvenes 87 años, y las pinturas de Cristian Dalgaard, quien desde hace tres décadas viene exponiendo en galerías y museos de arte del país y el exterior, con el incentivo no menos trascendente que muchas de ellas hoy integran colecciones públicas y privadas en España, Holanda, Estados Unidos, Méjico, Colombia y Bélgica.

La presencia de Eros Vanz en esta muestra tiene alta significación. Ya había sido invitado para prestigiar “Arte en el Centro”, pero recién ahora accedió como forma de llegar esta vez con un núcleo de nuevos trabajos que, más allá de su extensa y proficua trayectoria de esculturas y monumentos disgregados a lo largo y ancho del territorio nacional, demuestran la creatividad siempre fresca de aquel artista que con 17 años llegó a sorprender al autor del Monumento a la Bandera de Rosario, Alfredo Bigatti, constituido luego en principalísimo consejero de su carrera.

La crítica Blanca María Monzón Wernly ha expresado de Eros Vanz: “Es un maestro escultor con mayúsculas. Contemporáneo de Antonio Pujía, Libero Badii, Mariano Pagés, Santiago Cogorno y Aurelio Marchi, estamos frente a un clásico de la escultura vanguardista histórica, respetuoso del lenguaje por el lenguaje, de la forma por la forma misma y del amor por los materiales”.

Sobre la obra de Cristian Dalgaard, el recordado Pablo Menicucci, ponderó el rigor de sus pinturas. “Se siente que pinta apasionadamente a través de su libertad poética, plena de luz y ocurrencias”, dice. “Su temática – añade-, nos sumerge en el cambiante mundo de las “señales” y  de los “signos”; tema, por otra parte,  que el autor conoce por su tarea como gráfico. Todas sus parcialidades, todos los fragmentos, aún los más diferentes pertenecen al mismo objeto pictórico”. Y concluye: “Su color, espacio y sorprendente tridimensionalidad permanecen como un continuo intercambio de escenificaciones”.

 

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