Arte y Cultura, Música

A bailar que se termina el mundo

Canta y baila. La murga es movimiento, pero también reflexión sobre el presente y la memoria de la sociedad.
Canta y baila. La murga es movimiento, pero también reflexión sobre el presente y la memoria de la sociedad.

El fenómeno comenzó a crecer masivamente allá por la década del 90 en el país, y actualmente ya se ha establecido como un género más de los seguidos por el público. Hablamos de la murga, ese ritmo festivo que esconde tras sus pliegues una feroz crítica a la sociedad y sus lugares comunes. Desde Uruguay, Falta & Resto, gran representante de la murga, se presentará hoy desde las 22 en Abbey road (Juan B. Justo 620).

El espectáculo que traerán esta noche a Mar del Plata se llama El cuplé, el último show de la agrupación que recorre en sus dos horas, desde el humor y la sátira de los tradicionales couplet, hasta la crítica y la emoción que eriza la piel. Según prometen, ningún ingrediente queda afuera de su actuación.

La murga tiene esa doble cualidad: por un lado funciona como un divertimento que sorprende a chicos y adolescentes a partir de cuadros muy coloridos y una música que invita al baile; por el otro concentran la atención de los adultos, por su reflexión sobre las hechos políticos de la historia reciente.

Y vaya tarea que tienen los murgueros de Falta & Resto. Por pertenecer a Latinoamérica tienen en su canciones la necesidad expresiva de hablar de los dolores, las violencias, las broncas sucedidas a lo largo de la historia de pueblos castigados y distanciados del centro del mundo. Esas injusticias, universales y privadas, son las que toman el escenario de manera festiva.

La agrupación uruguaya se hace cargo de la memoria colectiva de la sociedad, y con crítica e ingenio elabora un reflejo sutil, humorístico y melancólico de las realidades que nos han tocado atravesar. Falta & Resto representa con calidad un arte que tiene varias décadas y que encuentra aquí un resumen de sus posibilidades escénicas.

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