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Ante una nueva protesta policial bonaerense con duras críticas a Berni

Se venía venir otra vez la policía de la Provincia de Buenos Aires al borde de demostrar su descontento con una protesta pública.

 

 

Era de esperar para cualquiera con las mínimas condiciones para advertirlo, no podía pasar mucho tiempo para que el descontento generalizado del grueso de los efectivos de la policía provincial, advertidos de que no podía esperar nada de la conducción institucional, diera a conocer su intención de la protesta pública que, desgraciadamente, es la única posibilidad de hacerse oír ante la negativa de los gobiernos nacionales pasados desde el regreso de la democracia, de reconocerles su derecho constitucional de agremiación.-

Un ministro de seguridad cada día más ausente y ajeno a las responsabilidades institucionales que por cargo le corresponde.-

Que pasea por todos los medios de información hablando de problemas sanitarios pero esquivando los que le caben a la cartera que conduce, que según se conocen extraoficialmente le han robado hasta en el lugar donde instalara su despacho.

Iniciada la pandemia en un procedimiento policial se lució para los medios con un traje aislante de última generación,  más propio de la exploración en laboratorio mientras a su lado el humilde trabajador policial, debía conformarse con un tapabocas muchas veces casero o comprado de su bolsillo sin otra protección.-

Que durante su gestión se ha preocupado más por otorgar altos ascensos a personal no capacitado, aunque más no sea por experiencia, entendiendo equivocadamente que con ello los mantendría contentos y con dominio de tropa, evidenciando una nula formación en cuanto a conducción que en su supuesta jerarquía militar debería ostentar.

Ignorando la necesaria pirámide jerárquica y postergando a los niveles bajos y medios siguiendo el régimen “arslaniano” de los ascensos “a dedo”, desconociendo que en una institución como la policial el verdadero esfuerzo y representatividad frente a la sociedad lo llevan los sectores de jerarquías bajas y medias.-

Que la creación a destajo de nuevos cargos en la carrera policial de nombres kilométricos y confusos, que en muchos casos no significan otra cosa que un escritorio y con suerte un teléfono, solo ha traído más desorden y una lógica lucha constante en las altas jerarquías por ganarse un lugar “de importancia”.

Infantilmente crean escalones de la carrera, muchas veces por vacíos despachos o carencia total de mando, pero que les hacen creer que forman parte importante de la conducción, todo lo cual pone de manifiesto las más que escasas actitudes de mando que han adquirido en su carrera.-

Que el propio ministro sigue siendo responsable del ocultamiento de las consecuencias sanitarias que sufre el personal policial, no publicando los fallecimientos de los efectivos caídos como consecuencia de los contagios en servicio que extraoficialmente se conoce habrían pasado el medio centenar. Tampoco se habla en ningún momento de los miles y miles de contagiados, ni reconociendo en ninguna entrevista su sacrificio y dedicación al servicio.-

Que el total abandono en que se encuentra el personal policial, en su ardua tarea en la primera línea de trincheras de la lucha contra la pandemia que atravesamos, por encontrarse expuesto en todo momento al contacto personal por razones de servicio.

La falta de provisión de los mínimos elementos de seguridad sanitaria y una política errante que lo obliga a enfrentar a la sociedad con medidas arbitrarias y caprichosas, y un disparatado llamado del propio ministro en un acto público a la formación policial de “… subordinación para servir a la provincia ….”, desconociendo que la fuerza policial tienen como principal objetivo de su existencia “el servicio a la comunidad”, ponen de manifiesto la nula capacidad para el ejercicio de tan importante cargo.-

Por lo expuesto y muchas otras razones que sería largo de enumerar a nadie puede ser tan inocente como para no advertir que no podía terminar bien, si no se toman las medidas oportunas y efectivas necesarias.-

Todos, y sobre todo los policías bien sabemos que lo que una protesta pública de los policías no es buena ni para la sociedad, a la que le causa temor, ni para la institución que nuevamente pierde imagen de lo que debe ser la fuerza destinada al cuidado de la seguridad pública.-

Como siempre esperamos que la sangre no llegue al río, que el gobernador de la provincia y el ministro Berni solucionen los problemas y dejen la política de lado al menos por ahora, tienen otras e importantes responsabilidades frente a la sociedad, que parecería serles lo más difícil de entender.-

MAR DEL PLATA, 6 de mayo de 2021

MIGUEL ANGEL REYNOSO

Secretario General

 

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