Si algo ha caracterizado al intendente Guillermo Montenegro, es haber apelado a la justicia frente a frecuentes disensos, que requieren la intervención judicial para respaldar actos administrativos, donde están en juego recursos públicos. Hay abundante material al respecto, y ha sido uno de los pilares de su gestión, y no le ha ido bien sino por el contrario, tuvo demasiados fallos adversos con la señora de la venda en los ojos.
Lo ocurrido ayer no tiene antecedentes en la MGP. No se produjo la apertura de una licitación pública, sin que haya mediado notificación a los oferentes. Algo realmente insólito que no registra actos similares. Se licitaba públicamente la operación del tratamiento de residuos en el predio de disposición final de residuos.
Es muy raro lo ocurrido, salvo que nos encontremos ante un ardid para que todo siga como está en modo Montenegro, las prórrogas sucesivas, emergencia eternas, excepciones, ofertas únicas. Es un manual de cómo torcer el control y la intervención de los órganos de control del Estado, que incluyen al Tribunal de Cuentas de la Provincia, como en el caso de las fotomultas.
De que algo de estaba perpetrando y se daba cuenta, es en la intervención de funcionarios que tienen directa relación con Cristián Lence y el síndico de OSSE Mario Ricciuto, con lo cual cierran algunos circuitos ágiles del entorno del intendente, que recurrieron al jefe de Compras de la MGP, doctor Diego Villar, apartando a Mauro Martinelli después de algunas experiencias que no dejaron bien parado al elenco del intendente.
Es un nuevo show montado por el Departamento Ejecutivo y una vez más el EMSUR queda muy comprometido, y quien debería pedirle la renuncia a Sebastián D ´Andrea es el propio intendente municipal. Estamos ante un papelón de inusitada trascendencia.
El predio es un caos, el descontrol es total, las cavas están desbordadas y los líquidos lixiviados que emanan de las 100.000 toneladas de basura mensuales ya no podrán reducirse ni normalizarse cuando la temporada récord que anuncian ya comenzó. Hay prohibición de acercarse al predio por los riesgos de contaminación a cielo abierto.
No es menor el daño que produce oportunamente el doble voto en la aprobación del pliego en el HCD de la presidenta Marina Sánchez Herrero, quien una vez más puso la cara como sostiene en charlas privadas, para aprobar el pliego viciado. Sánchez Herrero se ha reservado el derecho de admisión, en un gesto de autoritarismo desconocido en la democracia.
Ya en la elevación de la pertinente documentación existían observaciones de la Contaduría Municipal y también de la división contable del EMSUR, es decir que nadie debería llamarse a sorpresa, y muchos menos el intendente que ya tendría que haber entendido que hay bueyes con los cuales no se puede arar.
A Montenegro le salió el populismo de adentro e interpretó su mejor versión kirchnerista, echarle la culpa a la justicia por intromisión. No lo pudo disimular en el tema de la exploración petrolera a 300 kilómetros de nuestras costas. Ahí están haciendo cola Iguacel, Apud y Aranguren.
La ausencia de notificaciones cancelando el acto de apertura de la licitación, es una elocuencia más del grado de improvisación que existe en el gobierno de Juntos Por el Cambio. Carente de planificación en todos los órdenes, cómo quedó demostrado en la presentación de secretarios que expusieron el presupuesto 2023 de cada una de sus áreas. Muy pocos títulos y escasos contenidos. Todo con gusto a poco y con la guitarra en la mano, parecían payadores. Y así los couchean en el PRO.
El abuso de autoridad y el mal manejo de recursos públicos, han sido dos pilares de la gestión de Guillermo Montenegro. El Concejo Deliberante agrietado e inconsistente permite la fiesta del PRO y asiste a un derrumbe lento pero inexorable de la inversión urbana, que no excluye a la Salud que está funcionando en niveles alarmantes a pesar de la sobretasa que ingresa para su prestación anual.
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