Privilegiados lugares del intendente de Tandil Miguel Lunghi y del diputado provincial electo Maximiliano Abad, junto a la futura gobernador bonaerense María Eugenia Vidal. Ambos ocuparon la cabecera de la mesa de más 100 representantes radicales bonaerenses, lo cual les confiere un alto grado de representatividad ante quien se ha convertido en la figura política de mayor crecimiento en el país a partir de su triunfo en la Provincia de Buenos Aires.
La futura gobernadora visitó la histórica sede de la UCR y agradeció el respaldo a Macri; llamó a trabajar sin internas ni mezquindades; satisfacción del jefe del comité nacional.
La euforia por el triunfo de María Eugenia Vidal tuvo ayer su capítulo radical. Ernesto Sanz recibió a la futura gobernadora bonaerense en el comité nacional de la UCR y le ofrendó un cara a cara con los intendentes radicales electos en la provincia hace dos domingos.
Fue una reunión de festejo, agradecimientos mutuos y arenga, en la que cada uno atendió su juego.
Vidal aprovechó su paso fugaz por la histórica sede radical de la calle Alsina (estuvo 35 minutos) para pedirles a los jefes comunales electos y reelectos un “último esfuerzo” de cara al ballottage.
Sanz, por su parte, volvió a escenificar el renovado capital territorial y político de la UCR, esta vez, con foco en la muy buena elección bonaerense. A partir del 10 de diciembre la cantidad de intendencias radicales pasará de 17 a 42.
Como en un casamiento, los protagonistas, Sanz, Vidal y el vicegobernador electo, el radical Daniel Salvador, llegaron al comité cuando el resto de los invitados estaba ya sentado esperando en el salón del primer piso dispuesto para la celebración. Vidal, flanqueada por Salvador y Sanz, unos pasos más atrás. Venían juntos de una reunión en las oficinas que el senador mendocino tiene a metros del Congreso.
“Quería agradecerles personalmente. Muchos de ustedes me recibieron con la mano tendida, aún antes de que existiera Cambiemos”, abrió su mensaje Vidal, tras repasar sus dos años de campaña y recorridas por la provincia. Fiel exponente del estilo Pro, destacó el “trabajo en equipo”, al que le agregó el infaltable “como le gusta decir a Mauricio”, y pidió “estar y hacer” para “resolverle los problemas de la gente”.
Atenta a que el aporte de los intendentes bonaerenses es imprescindible para asegurar un triunfo de Mauricio Macri -y a que, ya seguros en sus cargos, los jefes comunales podrían sacarle el cuerpo a la campaña-, Vidal pidió “un último esfuerzo” para la segunda vuelta.
“Tenemos la enorme oportunidad de que los intendentes y gobernadores trabajen con el gobierno nacional sin internas ni mezquindades. Esa oportunidad es que Macri sea presidente”, les dijo.
Cuando ya se despedía, se acordó de Salvador. “Ha hecho una campaña impresionante. Estoy orgullosa de que me acompañe”, lo endulzó.
A cargo de la apertura estuvo Sanz, quien se mostró cómodo en el rol de dueño de casa. Felicitó a los intendentes y describió sus triunfos como “la puerta hacia un cambio profundo en la Argentina”.
El senador mendocino también habló desde el silencio. Por segunda vez en una semana expuso la cosecha electoral de su partido. El martes de la semana pasada, también en el comité, había recibido al gobernador electo de Jujuy, Gerardo Morales; a la próxima vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero, y a los intendentes de Santa Fe, José Corral, y de Córdoba, Ramón Mestre, entre otros. Para la semana próxima prepara un encuentro con los más de 400 intendentes radicales de todo el país. Escenificar el poder territorial de la UCR y mostrar un partido unido para posicionarse en la negociación con Cambiemos, tanto en la provincia de Buenos Aires como ante un eventual gobierno de Macri, es el objetivo. De eso se trata.
También Ricardo Alfonsín, jefe de la UCR bonaerense, hizo un poco de anfitrión y pidió “trabajar por Macri”. Eterno rival de Sanz, el diputado quedó relegado en la negociación para el armado del próximo gobierno bonaerense.
A su turno, Salvador prometió “gobernar con criterio de unidad” y pidió “recuperar la identidad” de la UCR. En línea con Sanz, su jefe político, pidió “trabajar para que el 22 Macri sea elegido presidente”.
Entre los invitados sorprendió Gustavo Posse, a quien le reservaron un lugar bien cerca de la mesa central. El intendente reelecto de San Isidro volvió ayer a traspasar las puertas del comité radical después de sendas temporadas de kirchnerismo, massismo y macrismo, que varias veces lo tuvieron al borde de la expulsión del partido.
La transición bonaerense ya está en marcha, Para Vidal y Daniel Scioli, pero también para el radicalismo, que quiere asegurarse espacio en el tablero político que volvió a ponerlo en el centro de la escena.
Menos de ocho años de militancia. Cero experiencia ejecutiva, cero experiencia de militancia social.Formación catedrática muy buena (interpretación de las ciencias políticas y las relaciones políticas internacionales). Esta mujer no posee fojas judiciales, por ahora, o sea se puede admitir su honorabilidad.
Ella está en una reunión de radicales con un promedio de 30 años de militancia política, riéndose y mirándose entre ellos por lo bajo.
Esta situación es análoga a alguien que no sabe manejar y le regalan un tanque.
Putarco, no es así. debés ver algo nuevo, una nueva oportunidad a la República Argentina, no al Reino de Cristina. Un abrazo. marcos
Si no fuera que te comiste la “l” de libre, te reenviaría el abrazo. Respeto tu voluntad de elegir, y me importa muy poco cual sea. Lo que entiendo que esta gente, estos neoliberales, que en lo personal no suman ni restan; no son nacionalistas y no le importan la Republica Argentina, de última son gestores del Reino Unido, al que muchos que se autodenominan argentinos adoran.
Esta licenciada en la provincia va a gestionar el desguace del deforme estado provincial. Mientras en las sombras se seguirá preparando la división territorial de nuestro país, y las ovejas mamaran los programas de la TV predigestionados.